Con 49 países invitados y más de 8.000 citas de negocios, la ciudad vive un momento clave que puede marcar un antes y un después en su relación con el comercio internacional
Foto: Prensa Alcaldía de CaliUna
ciudad que quiere ser protagonista
Santiago de Cali recibió este 9
de julio a empresarios de 49 países para la apertura de la Macrorrueda de
Negocios Colombia, el País de la
Belleza 2025, el evento comercial más importante del país. Por primera
vez, la capital del Valle del Cauca fue elegida como sede. El evento conto con la
participación de más de 1.400 empresas nacionales y 609 internacionales, no
solo convirtió a la ciudad en epicentro del comercio exterior, sino que la puso
ante un espejo: ¿Está Cali realmente lista para jugar en las ligas globales?
El
discurso y los datos: entre la promesa y el desafío
Durante el acto inaugural, el alcalde Alejandro
Eder habló de progreso económico, empleos generados y una ciudad “lista para
competir”. Según datos de su administración, se han creado más de 40.000
empleos formales en el primer semestre,
y 3.000 provienen de inversión extranjera. La afirmación es contundente, pero
también exige seguimiento: una cifra no basta si no se convierte en impacto
duradero en los barrios, en las pymes, en la vida real de la ciudad.
Vallexporta:
la otra cara del evento
Detrás de las luces de la Macrorrueda, hubo un
esfuerzo silencioso que merece atención. Vallexporta, programa de la
Gobernación del Valle en alianza con seis cámaras de comercio y Acopi, logró
preparar a 225 pequeñas y medianas empresas para exportar. De ellas, 125
llegaron a la Macrorrueda con la misión de abrirse paso en los mercados
globales. Aquí no hubo promesas grandilocuentes: hubo formación técnica,
acompañamiento comercial, y sobre todo, empresas reales con productos que
quieren cruzar fronteras.
Testimonios
que hablan del terreno
Casos como el de Natural Medic, que ya
proyecta su primer envío a Florida (EE.UU.), o el de Chonta Plaza, que
transforma el chontaduro en productos innovadores con mirada exportadora,
reflejan lo que puede pasar cuando la estrategia y el apoyo se aterrizan. “Nos
han entregado herramientas de valor”, dijo Olga Lucía Hurtado, representante de
Andullo de Palmira, en tono claro y sin eufemismos. Aquí no hay storytelling:
hay esfuerzo, formación y decisiones de riesgo tomadas por emprendedores que
saben lo que está en juego.
Una
apuesta por la internacionalización que debe ser coherente
La Macrorrueda también puso en evidencia que hay un
ecosistema empresarial que empieza a madurar, con esfuerzos por innovar,
diversificar y proyectar internacionalmente sectores como agroindustria,
bioeconomía, energías limpias y moda sostenible. Pero el reto es otro:
consolidar esas apuestas con infraestructura adecuada, acceso al crédito,
reducción de la tramitología y sostenibilidad real. Si no hay coherencia entre
el discurso y la política pública, todo este impulso corre el riesgo de ser una
foto más en el archivo institucional.
La región
Pacífico busca hacerse oír
La agenda del evento incluyó la Reunión de Alto
Nivel convocada por ProColombia, con participación de alcaldes, gobernadores y
representantes del sector privado. El mensaje es claro: el Pacífico colombiano
no quiere ser solo una zona de paso ni un receptor de discursos. Busca
posicionarse como eje económico con identidad propia. Esta es una discusión que
va más allá de la coyuntura de la Macrorrueda y que implica decisiones
estructurales: inversión sostenida, seguridad jurídica y visión territorial de
largo plazo.
Foto : Prensa Gobernación el Valle del Cauca
Que el
entusiasmo no se quede en el recinto ferial
La Macrorrueda 2025 deja una postal optimista, pero
también una pregunta urgente: ¿Será esta una verdadera bisagra para el
desarrollo exportador de Cali y el Valle, o se quedará como una vitrina
pasajera? Los protagonistas hablaron claro: los empresarios están listos, los
productos existen, y la ambición está sobre la mesa. Pero el verdadero examen
comienza cuando se apagan los reflectores. Desde esta redacción, se insiste en
que la ciudad necesita más que eventos: requiere políticas integradas, visión
sostenida y voluntad de ejecución. Cali ya fue sede. Ahora le toca demostrar
que también puede ser ejemplo
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