Más de 1400 visitantes y $7.600 millones de ingresos consolidan la ‘Semana de la Biodiversidad’ como un motor de desarrollo regional
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Redacción de RMC Noticias
Santiago de Cali, 6 de octubre de 2025 — En una ciudad que busca reencontrarse con su propósito, la ‘Semana de la Biodiversidad’ no solo celebró la riqueza natural del Valle del Cauca, sino que marcó un hito en la reactivación económica y turística de Cali. Durante siete días, la capital vallecaucana se convirtió en un laboratorio de sostenibilidad y diálogo internacional, recibiendo a más de 1400 visitantes de 17 países, con una derrama económica estimada en $7.600 millones, según cifras de Coltelco Valle.
Turismo con propósito: el nuevo rostro de Cali ante el mundo
Detrás de las cifras se perfila una estrategia ambiciosa: hacer de Cali un destino turístico biodiverso, con enfoque sostenible. La presencia de delegaciones diplomáticas, líderes ambientales, académicos y activistas posicionó a la ciudad como punto de encuentro para conversaciones urgentes sobre cambio climático, protección de ecosistemas y economías regenerativas.
La ocupación hotelera alcanzó un 70%, de los cuales 20 puntos porcentuales se atribuyen directamente al evento, lo que evidencia su poder de convocatoria. “La biodiversidad dejó de ser una narrativa romántica para convertirse en un activo turístico medible”, declaró Diego Ospina, presidente de Coltelco Valle, quien destacó que los ingresos superaron en un 10% las proyecciones iniciales.
Una ciudad que se piensa desde lo ambiental y lo cultural
La programación, integrada por más de 350 actividades, cruzó fronteras entre lo académico, lo artístico y lo comunitario. El Foro Samán, que cerró con mesas de diálogo sobre cultura y biodiversidad, reunió a figuras como el antropólogo y periodista Mauricio González, y permitió explorar la biodiversidad como identidad, y no solo como recurso.
De forma paralela, el circuito de la biodiversidad movilizó a más de 190.000 asistentes entre charlas, exposiciones, talleres, rutas ambientales y conciertos que pusieron en valor la música del Pacífico, la tradición oral y los saberes ancestrales como pilares del desarrollo local.
Cultura viva: Cali como epicentro creativo del suroccidente
El Sucursal Fest, con tres tarimas y la participación de más de 600 artistas en el Parque de la Retreta, reafirmó el lugar de la ciudad como capital cultural del suroccidente colombiano. Mientras tanto, el Orquideorama deslumbró a cientos con su exposición de orquídeas, confirmando que la biodiversidad también se contempla, se escucha y se baila.
En la clausura, estudiantes de la Institución Universitaria de las Culturas del Pacífico (IUIPC) ofrecieron un concierto de chirimía que evocó las raíces afrodescendientes y el poder de la juventud en la preservación del patrimonio inmaterial.
Más allá de los números: una apuesta por el futuro
Los resultados superan lo económico. Lo que está en juego es una visión de ciudad. Cali no solo recibió turistas: recibió ideas, posibilidades y alianzas. La alianza entre sectores público, privado y social demostró que es posible articular agendas con impacto ambiental, económico y cultural.
Eventos como este no pueden ser excepciones: deben convertirse en parte estructural del modelo de desarrollo urbano. La sostenibilidad debe dejar de ser eslogan para transformarse en política transversal.
El legado de la semana: ¿puede Cali sostener este ritmo?
La pregunta no es si Cali puede albergar eventos de esta magnitud, sino si está dispuesta a sostenerlos en el tiempo, con coherencia y visión de largo plazo. El reto será institucionalizar este tipo de iniciativas sin perder su carácter social, participativo y crítico.
Además, urge una inversión sostenida en infraestructura verde, servicios turísticos responsables y educación ambiental, para que el turismo biodiverso no sea una moda, sino una estrategia transformadora.
Biodiversidad como eje de transformación real
La ‘Semana de la Biodiversidad’ ha dejado un saldo positivo en términos económicos y de proyección internacional para Cali, pero su verdadero valor radica en el cambio de enfoque que promueve. La biodiversidad no debe ser entendida como un recurso ornamental ni un tema reservado a conmemoraciones puntuales, sino como un eje estructural para el desarrollo económico, social y ambiental de la ciudad.
Cali tiene ante sí la oportunidad de consolidar un modelo urbano basado en la sostenibilidad, donde la riqueza natural sea motor de inclusión, educación y economía regenerativa. El reto está en mantener la coherencia de este enfoque más allá de eventos puntuales, apostando por políticas públicas duraderas, articulación intersectorial y una ciudadanía activa. Que esta semana no sea un paréntesis, sino el punto de partida para un compromiso permanente con el territorio.
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