Ausencias y liderazgo: cómo Colombia busca salvar la Cumbre CELAC–UE con su apuesta por el desarrollo sostenible

El liderazgo colombiano se pone a prueba en una cumbre marcada por tensiones, desafíos diplomáticos y la urgencia de un desarrollo sostenible compartido.

Ausencias y liderazgo: cómo Colombia busca salvar la Cumbre CELAC–UE con su apuesta por el desarrollo sostenible
        Foto: portal cancilleria de Colombia 

Redacción RMC Noticias 

Una cumbre entre expectativas y tensiones geopolíticas

Bogotá, 6 de noviembre de 2025. La IV Cumbre CELAC–UE en Santa Marta, convocada para los días 9 y 10 de noviembre de 2025, llega con un clima de incertidumbre que trasciende lo protocolario. Colombia, en su papel de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), enfrenta el reto de sostener la relevancia política de un encuentro que, antes de comenzar, ya se ve afectado por un vacío de poder simbólico: la ausencia de líderes europeos clave como Ursula von der Leyen y Emmanuel Macron, sumada a la falta de confirmación de varios mandatarios latinoamericanos. Según datos de la Cancillería colombiana, asistirán 12 jefes de Estado y 23 cancilleres, un número menor al previsto en los primeros anuncios oficiales.

Colombia presenta la “Plataforma País”: una apuesta por el desarrollo sostenible regional

En medio de este escenario, el gobierno colombiano busca dejar una huella concreta con el lanzamiento de la Plataforma País, una herramienta de cooperación que articula políticas ambientales, tecnológicas y financieras orientadas al desarrollo sostenible. La iniciativa busca que los países de la CELAC puedan acceder conjuntamente a fondos verdes internacionales y proyectos de transición energética, alineados con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, el proyecto no solo pretende fortalecer la diplomacia ambiental de Colombia, sino también ofrecer un modelo de cooperación Sur–Sur con respaldo europeo. En palabras de un funcionario de la Cancillería, “la Plataforma País representa la posibilidad de que América Latina dialogue de igual a igual con Europa, desde la sostenibilidad y no desde la dependencia”.

Lula da Silva: el liderazgo que mantiene viva la cumbre

La confirmación de última hora del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dio oxígeno a un evento que amenazaba con diluirse en la forma y en el fondo. Su presencia, interpretada como un gesto de respaldo político al proceso de integración regional, coloca nuevamente a Brasil como un actor clave en la diplomacia latinoamericana.
Lula llega con un mensaje claro: reforzar los lazos entre el Sur global y la Unión Europea desde la justicia climática y la autonomía económica. Fuentes diplomáticas citadas por El País aseguran que su decisión fue “estratégica” para no dejar a Colombia aislada en un momento de alta exposición internacional.

El factor Trump y las sanciones: la sombra sobre la diplomacia regional

Entre bastidores, diplomáticos europeos reconocen que el llamado “factor Trump” ha tenido un peso inesperado en las decisiones de varios gobiernos. Las recientes sanciones de Washington contra el presidente colombiano Gustavo Petro y su círculo cercano generaron reservas en algunas capitales europeas, que prefirieron “no comprometer posiciones” antes del cambio de administración en Estados Unidos.
De acuerdo con un análisis publicado por El Colombiano (noviembre, 2025), esta dinámica ha reducido la capacidad de convocatoria de Colombia, revelando hasta qué punto la política latinoamericana sigue condicionada por los vaivenes del poder estadounidense.

Una cumbre lastrada por agendas cruzadas y expectativas modestas

A pesar de los discursos sobre cooperación y multilateralismo, la cumbre ha sido catalogada por observadores internacionales como un encuentro de “expectativas moderadas”. Las agendas nacionales, las tensiones ideológicas y las fracturas internas en la CELAC dificultan la construcción de una voz común.
Expertos en política internacional advierten que, sin una declaración final sólida y compromisos verificables, la cumbre podría pasar a la historia más como un intento simbólico que como un punto de inflexión real en las relaciones birregionales.

El desafío de recuperar la confianza birregional

El reto ahora es reconstruir la confianza entre dos regiones que comparten intereses, pero también heridas históricas. Europa busca aliados estratégicos en un contexto global cambiante, mientras América Latina exige relaciones más equitativas, con inversión real y transferencia tecnológica. La Plataforma País se convierte así en una oportunidad para demostrar que la cooperación puede tener un rostro más humano, donde la sostenibilidad no sea un discurso, sino una política transformadora.

Santa Marta, un espejo del futuro diplomático latinoamericano

La IV Cumbre CELAC–UE trasciende la formalidad de una cita internacional: se erige como un reflejo de las tensiones, aspiraciones y contradicciones que atraviesan hoy a América Latina. Colombia ha intentado ejercer un liderazgo visible en un escenario regional fragmentado, aunque las ausencias de figuras clave revelan los límites estructurales de la concertación política en el continente.

El reto que se impone no radica únicamente en la firma de compromisos, sino en transformar las declaraciones en políticas reales, sostenibles y conjuntas; en lograr que la región deje de ser observadora y se consolide como una fuerza con voz propia. Esta cumbre plantea una pregunta de fondo: ¿podrá América Latina construir unidad en su diversidad o continuará condicionada por dinámicas externas?

Al final, el resultado dependerá menos de los discursos y más de la voluntad efectiva de quienes hoy buscan tejer, desde Santa Marta, un nuevo horizonte para la diplomacia latinoamericana.

0 Comentarios

cajon

RMC: Información, análisis, y veracidad en las noticias

Invitamos a todos aquellos interesados en promover la cultura, la creatividad y la sostenibilidad a ser parte de este movimiento. Juntos, podemos construir un futuro más equitativo, donde las voces de todas las comunidades sean una pieza clave en el relato del país.