Operación sin muertos, golpe a las finanzas criminales y un mensaje sobre el control territorial
Foto: Comunicaciones Policia Nacional de ColombiaRedacción RMC Noticias
Bogotá, noviembre 15 de 2025.El presidente Gustavo Petro informó que la Policía Nacional incautó 3,4 toneladas de cocaína pertenecientes al ELN en una bodega subterránea en Uribia, La Guajira. El operativo, uno de los más importantes del año, se ejecutó sin bajas y apunta directamente a las finanzas de la organización armada.
Un cargamento listo para cruzar el continente
Redacción RMC Noticias
Bogotá, noviembre 15 de 2025.El Gobierno detalló que la droga, presuntamente proveniente del Catatumbo, estaba preparada para ser enviada hacia Centroamérica y Norteamérica. La ubicación del hallazgo —una bodega subterránea en plena Alta Guajira— confirma que la región sigue siendo un corredor estratégico para el narcotráfico.Operativo sin muertos: un giro en la estrategia de seguridad
Petro destacó que la acción policial se llevó a cabo sin causar víctimas, señalando que este enfoque busca reducir el riesgo para comunidades que han convivido durante décadas con la presión de actores armados y economías ilegales. El Gobierno presentó la operación como un ejemplo de intervención efectiva con mínimo daño colateral.
Golpe directo al ELN y a las economías ilícitas
La magnitud del decomiso representa un impacto relevante para las finanzas del ELN, que mantiene presencia en varias regiones del país pese a los diálogos y tensiones con el Estado. El mandatario pidió “amplia difusión” de la información, calificándola como un hecho urgente y estratégico para la lucha contra las organizaciones criminales.
Una región vulnerable frente a nuevas disputas
Uribia, territorio mayoritariamente wayuu, vuelve a quedar en el centro del mapa del narcotráfico. Aunque la incautación es celebrada como un golpe significativo, líderes locales advierten que tras intervenciones de este tipo suele haber reacomodos criminales que afectan la vida de las comunidades. El reto, dicen, no es solo decomisar cargamentos, sino garantizar presencia estatal duradera y protección efectiva.
La operación en La Guajira envía un mensaje claro: el Estado puede golpear estructuras complejas incluso en territorios históricamente disputados. Sin embargo, la pregunta de fondo sigue abierta: ¿cómo convertir estos golpes operativos en transformaciones sostenibles que mejoren la seguridad y la vida de las comunidades? La incautación es un avance, pero no sustituye la necesidad de una estrategia integral de Estado en regiones donde el abandono ha sido la norma.




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