La Feria del Obrero activa la Calle de la Salsa con música internacional, economía barrial y una apuesta por la identidad cultural.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de Cali
Cali, Valle del Cauca, diciembre 12 de 2025. En la antesala de la Feria de Cali, el Barrio Obrero se prepara para asumir nuevamente un rol central en la vida cultural de la ciudad. Este 19 de diciembre, la Feria del Obrero: Calle de la Salsa propone algo más que un concierto gratuito: plantea una jornada de encuentro comunitario donde la música, la gastronomía y la memoria colectiva dialogan para reafirmar el valor simbólico de uno de los territorios más representativos de la identidad caleña.
El Obrero como escenario vivo de la salsa
Desde las 2:00 de la tarde, el barrio activará una programación que recupera saberes y prácticas que han definido su historia cultural. Clases de salsa caleña y bolero, talleres de instrumentos tradicionales como el güiro y la campana, encuentros de coleccionistas y espacios pedagógicos para niños configuran una agenda que prioriza la transmisión cultural antes que el espectáculo masivo. La propuesta convierte al espacio público en aula abierta y refuerza la idea del Obrero como un territorio donde la salsa se aprende, se comparte y se hereda.
Un cartel internacional que dialoga con el barrio
A partir de las 5:00 p. m., el Parque del Obrero será el epicentro de un concierto que combina orquestas locales con figuras históricas de la salsa. Henry Fiol, Alfredito de la Fe, Kim de los Santos y Los Hermanos Lebrón encabezan un cartel que se completa con agrupaciones como Melaza, Zúmbale y La Salsa en la Calle Mira Vé. Más que una suma de nombres, el evento plantea un diálogo entre generaciones y territorios, donde la salsa internacional regresa al barrio que durante décadas la acogió como lenguaje cotidiano.
Cali Sabe a Barrio: la cocina como identidad
La feria gastronómica Cali Sabe a Barrio 2025 reunirá más de 30 emprendimientos del Obrero, consolidando la cocina local como un eje fundamental de la celebración. En estos stands conviven recetas tradicionales, reinterpretaciones contemporáneas y proyectos comunitarios que ven en la gastronomía una forma de resistencia cultural y de reactivación económica. El evento reconoce que la identidad del barrio no solo suena, también se cocina, se comparte y se sostiene en el trabajo cotidiano de sus habitantes.
Cuando la ciudad mira de nuevo a sus barrios
Desde esta redacción, la Feria del Obrero se lee como una señal relevante en la conversación urbana de Cali. Apostar por el barrio como epicentro de la pre feria implica reconocer que la cultura no se produce únicamente en grandes escenarios, sino en territorios con memoria, tejido social y voz propia. El desafío será sostener este impulso más allá de la fecha y evitar que la identidad barrial se reduzca a una vitrina temporal. Si la ciudad busca transformarse, debe hacerlo escuchando y fortaleciendo a los barrios que, como el Obrero, han construido su carácter a ritmo de salsa, trabajo comunitario y dignidad cultural.





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