Familias en el Valle del Cauca denuncian fallas críticas mientras autoridades exigen respuestas inmediatas al Gobierno nacional.
Santiago de Cali, 8 de diciembre de 2025.La crisis de la Nueva EPS —intervenida por la Superintendencia Nacional de Salud— ya dejó de ser un problema administrativo para convertirse en una alerta humanitaria. En Cali, este 8 de diciembre de 2025, decenas de familias narran retrasos en medicamentos, ausencia de insumos vitales y barreras para acceder a especialistas. Sus historias, recogidas por la Secretaría de Salud del Valle, revelan un deterioro que supera la capacidad de respuesta regional.
Un sistema que no llega a tiempo: testimonios que describen la urgencia
Las fallas en la atención no son números ni reportes técnicos; son vidas en pausa. Héctor, padre de una niña de 7 años con síndrome de Pfeiffer tipo II —una condición ultrahuérfana que exige seguimiento por trece especialidades— describe la imposibilidad de continuar su tratamiento en una IPS primaria sin expertos disponibles. Su hija acumula más de treinta cirugías, y aun así, debe transitar entre remisiones retrasadas y consultas que nunca se concretan. Su caso ilustra la brecha más profunda del sistema: la distancia entre la necesidad clínica y la capacidad real de respuesta.
Cuando la falta de insumos se convierte en un riesgo vital
El drama también alcanza a familias como la de Anilda Zúñiga. Su hija, alimentada por gastrostomía, completó dos meses sin recibir los insumos y alimentos prescritos, lo que compromete directamente su estabilidad nutricional. Tampoco ha podido acceder a citas ni a controles médicos. Anilda, además cuidadora de otra niña con discapacidad, denuncia que “los pacientes están quedando solos”, un sentimiento que comparten cientos de usuarios atrapados en un ciclo de demoras burocráticas y promesas incumplidas.
Autoridades del Valle advierten: la crisis no es aislada ni coyuntural
Tras reunirse con las familias, la secretaria de Salud del Valle, María Cristina Lesmes, advirtió que la capacidad del sistema está sobrepasada por la falta de recursos. Señala que el cumplimiento de las órdenes de la Corte Constitucional es indispensable para garantizar los servicios esenciales y evitar mayores riesgos. La funcionaria reitera que la situación financiera del sector salud no es un fenómeno local: es una señal de agotamiento estructural que exige mayor compromiso del Gobierno nacional y del Ministerio de Salud.
Un país que debe decidir si la salud será un derecho real o un trámite eterno
La crisis de la Nueva EPS expone una verdad incómoda: Colombia continúa administrando emergencias en lugar de construir soluciones sostenibles. Las voces de las familias del Valle del Cauca no solo narran carencias, sino que revelan un modelo que opera al límite de su capacidad. Desde esta casa editorial, se sostiene una postura firme: la salud no puede seguir tratándose como un favor ni como una carga financiera desligada del impacto humano. El Gobierno nacional debe asumir la dimensión real de esta emergencia y responder con medidas que prioricen la vida y la dignidad de los pacientes. La sociedad, por su parte, está llamada a preguntarse qué sistema de salud espera defender y qué precio está dispuesta a pagar por una atención que hoy se diluye entre trámites, retrasos y silencios oficiales.
Un país que escucha estas historias sin reaccionar corre el riesgo de normalizar el sufrimiento. Este es el momento de exigir claridad, responsabilidad y soluciones duraderas. Porque detrás de cada demora hay una vida en espera, y esa espera también es una forma de violencia.




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