Foto : Comunicaciones Alcaldia de Cali
La situación en el barrio Chiminangos II, ubicado al norte de Cali, ha generado gran preocupación entre las autoridades y los residentes, luego de que se detectaran serios daños estructurales en tres torres residenciales del complejo. Este problema, que ha obligado a evacuar a al menos 60 familias, es el resultado de afectaciones previas que se remontan a cuando un sismo provocó las primeras grietas en los edificios. Sin embargo, hasta la fecha, 12 años después, no se había realizado un estudio exhaustivo de vulnerabilidad estructural, lo que ha agravado la situación y puesto en riesgo la seguridad de los residentes.
En 2012, tras el sismo, las primeras fisuras aparecieron en las columnas y placas de concreto de las torres de Chiminangos II, lo que marcó el inicio de una serie de problemas estructurales. Sin embargo, debido a la falta de un análisis detallado sobre la vulnerabilidad de la edificación, las grietas fueron empeorando con el tiempo. Recientemente, las autoridades locales identificaron grietas que oscilan entre 20 y 60 milímetros de tamaño, lo que incrementó las preocupaciones sobre la estabilidad de los edificios. Ante este panorama, el 9 de mayo del 2024 la Secretaría de Gestión de Riesgo de Cali decidió tomar medidas urgentes para evitar una tragedia.
Además de las grietas, los residentes del barrio Chiminangos II también se enfrentan a una incertidumbre adicional: la posibilidad de que otros edificios en la zona puedan estar igualmente comprometidos. Luis Alfonso García, uno de los afectados, expresó su preocupación: "No solo tenemos miedo por nuestras casas, sino por las demás torres que no sabemos si están en la misma situación. Esto ha creado un ambiente de angustia e incertidumbre para todos nosotros". La falta de una respuesta adecuada durante años ha dejado a las familias en una situación de vulnerabilidad constante.
Foto : Comunicaciones Alcaldia de Cali
Finalmente, este incidente no solo es una llamada de atención para el gobierno y las autoridades urbanísticas, sino también para la comunidad. Es esencial que los residentes, los constructores y las autoridades trabajen juntos para garantizar que la infraestructura de la ciudad sea segura, sostenible y capaz de resistir fenómenos naturales. La seguridad no puede ser un lujo ni una prioridad secundaria. Las tragedias evitables como la de Chiminangos II deben servir como un llamado urgente a la reflexión, para que el bienestar de los ciudadanos siempre esté en primer plano en cualquier proceso de desarrollo urbano.
Redacción de RMC Noticias
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