Las lluvias torrenciales que azotaron la ciudad de Cali en las últimas horas han dejado un saldo alarmante: siete viviendas severamente afectadas en las zonas del sur y la ladera. La comuna 20, tradicionalmente vulnerable a fenómenos meteorológicos, se ha visto una vez más golpeada por el poder de la naturaleza, que en cuestión de horas causó estragos en varias viviendas y espacios públicos. Las precipitaciones no solo ocasionaron la destrucción de viviendas, sino también la afectación de las principales vías de acceso, complicando aún más la situación.
La calle 5 y la Avenida de los Cerros se convirtieron en los puntos neurálgicos del caos, con la creciente agua desbordando alcantarillados y cubriendo las carreteras. Testigos en el lugar informaron sobre las dificultades para transitar en estas arterias principales, que no solo estuvieron inundadas, sino que también presentaron deslizamientos de tierra que complicaron aún más el paso vehicular. La movilidad quedó completamente colapsada por varias horas, dejando a los ciudadanos atrapados en sus destinos o buscando rutas alternativas.
Según el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD), las lluvias de intensidad significativa también provocaron el colapso parcial de una parte de la infraestructura vial en áreas periféricas de la ciudad. El informe detalló que las afectaciones no solo fueron de carácter material, sino que también se registraron posibles riesgos para la integridad física de las personas que viven en zonas cercanas a los deslizamientos. En el caso de las viviendas afectadas, se identificó que varias no estaban ubicadas en áreas adecuadas para la construcción, exponiendo a las familias a un alto riesgo en situaciones de fuertes precipitaciones.
El Alcalde de Cali Alejandro Eder visitará la zona de Siloé para evaluar la magnitud de los daños y coordinar las acciones de apoyo. Sin embargo, la magnitud de la emergencia desborda los esfuerzos de las autoridades locales, quienes han solicitado el apoyo del gobierno nacional para poder atender la emergencia de manera oportuna. Este tipo de eventos climáticos son cada vez más frecuentes en la región, lo que obliga a reflexionar sobre las medidas preventivas y la planificación urbana a largo plazo.
En la comuna 20, las quebradas Guarrús y El Indio han estado bajo la atención de las autoridades debido a su creciente peligrosidad. Ambas quebradas, ubicadas en la zona de ladera de Cali, desembocan en el río Lili y son consideradas las más grandes y contaminadas de la ciudad. La situación ha sido particularmente crítica durante las últimas semanas, ya que se han intensificado los esfuerzos para evitar riesgos de inundación y represamientos en la temporada de invierno. Gracias a un convenio impulsado por el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (DAGMA) con 30 asociaciones de recicladores de oficio, se realizan labores de recuperación y descontaminación en estas fuentes hídricas. La Ingeniera Aura Cristina Ortiz, Supervisora del convenio, destacó que la Guarrús, que recibe las aguas de siete de las quince quebradas que atraviesan la comuna, representa un alto riesgo en épocas de lluvias intensas, sobre todo por su caudal y la gran cantidad de residuos acumulados.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de Cali
El caso de la quebrada El Indio también es alarmante, ya que, a pesar de estar entamborada, su inclinación y la acumulación de residuos en las partes altas generan escurrimientos que se represan en la parte media y baja, provocando inundaciones. Las afectaciones en esta zona también han sido graves, y la comunidad ha sufrido la pérdida de viviendas y la interrupción de su vida diaria debido a los desbordamientos y el colapso de la infraestructura.
Por esa razón, los recicladores de la ciudad de Cali han hecho un llamado a la conciencia colectiva, como lo expresó Laura Lizeth Escarpeta de la organización Arco 20, quien recordó el trágico deslizamiento en Siloé causado por el taponamiento de las quebradas llenas de basura, un suceso que cobró la vida de una madre y su hija. Ingrid Valentina Cuero, también recicladora en la zona de ladera, instó a la comunidad a entregar los residuos en los puntos y horarios establecidos por las empresas recolectoras, para evitar que estos terminen en las quebradas y generen mayores riesgos.
Estos acontecimientos nos invita a reflexionar sobre la urgente necesidad de adaptarnos al cambio climático y mejorar nuestras infraestructuras urbanas. No solo se trata de responder ante la emergencia, sino de anticiparse a futuros fenómenos meteorológicos que podrían tener consecuencias aún más devastadoras. Es momento de actuar con responsabilidad, tanto a nivel gubernamental como individual, y generar un compromiso colectivo para hacer frente a los desafíos que el cambio climático nos presenta cada vez con mayor frecuencia.
Redacción: RMC Noticias
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