En medio de un clima político tenso en Colombia, el presidente Gustavo Petro ha viajado a Dubái para participar en la Cumbre Mundial de Gobiernos 2025. Este desplazamiento, que algunos ven como una apuesta por fortalecer la presencia internacional de Colombia, ha generado un sinfín de opiniones encontradas. Mientras Petro busca posicionar a Colombia como un actor clave en los grandes debates globales sobre sostenibilidad, inteligencia artificial y energías renovables, un sector de la opinión pública cuestiona si este tipo de viajes realmente responden a una estrategia diplomática sólida o si, por el contrario, son simplemente gestos de imagen que no resuelven los problemas internos del país. Así, la visita del presidente a Dubái se convierte en un escenario perfecto para debatir sobre la coherencia entre la diplomacia internacional y las necesidades urgentes del pueblo colombiano.
En el marco de la Cumbre Mundial de Gobiernos 2025, el presidente colombiano, Gustavo Petro, se reunió con el mandatario de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, con el fin de estrechar la relación bilateral entre ambos países. La charla, cargada de cordialidad y ambición, se centró en temas de gran relevancia como la inteligencia artificial (IA) y las energías renovables, sectores clave para el futuro económico y ambiental. En su intervención, Petro destacó la importancia de las alianzas internacionales para avanzar en la transición energética, subrayando que "el futuro de nuestra humanidad debe basarse en la justicia ambiental, social y económica". Esta declaración refleja su visión de que la cooperación global es esencial para enfrentar los desafíos del cambio climático y las desigualdades estructurales que persisten en el mundo.
El encuentro también sirvió para discutir otros temas estratégicos, como el fortalecimiento de la cooperación en infraestructura y tecnología. Sin embargo, los detalles sobre los acuerdos concretos alcanzados siguen siendo limitados, lo que deja abierta la posibilidad de que esta reunión, más allá de la buena voluntad expresada, pueda haber servido principalmente como una plataforma para mostrar la imagen de un Petro comprometido con la innovación y el liderazgo global. Desde la perspectiva de algunos críticos, estas cumbres internacionales y encuentros con líderes extranjeros podrían verse más como gestos simbólicos, mientras que el país enfrenta problemas internos más urgentes.
Foto: Andrea Puentes - Presidencia
No obstante, Petro ha defendido la importancia de su presencia en Dubái, destacando que la cooperación con Emiratos Árabes Unidos es una oportunidad estratégica para Colombia. En sus declaraciones, el mandatario resaltó que "la inteligencia artificial y las energías renovables representan el futuro, y Colombia tiene mucho que ofrecer y aprender en estos campos". Este enfoque subraya el compromiso de su administración de buscar alternativas sostenibles y tecnológicas, aunque algunos cuestionen si este tipo de reuniones se traducirán en inversiones reales o solo en una fachada diplomática.
Por otro lado, la imagen de Petro en una ciudad como Dubái, conocida por su lujo y opulencia, ha generado un debate sobre la congruencia entre la imagen que proyecta el gobierno y las realidades sociales del país. En un contexto de creciente desigualdad y pobreza en Colombia, algunos consideran que la visita a esta ciudad simboliza una desconexión con los problemas que enfrentan los ciudadanos en su día a día. Las imágenes del presidente en un escenario de riqueza contrastan con los llamados a la austeridad y a una economía más equitativa, lo que ha alimentado las críticas hacia la falta de coherencia entre la política interna y la diplomacia externa.
Si bien la diplomacia internacional es vital para Colombia, el país no puede permitirse ignorar los desafíos internos que requieren atención urgente. La política exterior no debe ser una distracción de los problemas estructurales que aquejan a la población colombiana, sino una herramienta que esté al servicio de una agenda más amplia de justicia social y bienestar. Invitamos a la reflexión sobre la coherencia entre el discurso y la acción, y sobre cómo las decisiones políticas deben siempre estar fundamentadas en las necesidades más inmediatas del pueblo colombiano, para garantizar un futuro verdaderamente sostenible y justo.
Redacción del RMC Noticias
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