Cuando se protege a los que no tienen voz, se dignifica la ciudad. Esta es la historia de un operativo que marca un antes y un después en la defensa de los derechos animales en Santiago de Cali.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de CaliRedacción de RMC Noticias |
Cali/ abril de 2025
Una ciudad se mide por la forma en que trata a sus habitantes más vulnerables. Y entre ellos, están los animales. Esta es la historia de 11 seres rescatados del encierro, el dolor y la indiferencia, y de una decisión que convirtió la ley en una herramienta de compasión.
Una denuncia, una alerta: el primer grito por ayuda
El 4 de marzo, una denuncia anónima activó las alarmas en la Unidad Administrativa Especial de Protección Animal (UAEPA) de Cali. El lugar señalado —un presunto criadero de nombre “Big Merle Power” en La Buitrera— era descrito como un espacio de encierro, enfermedad y sufrimiento para perros de manejo especial. En apariencia, un negocio; en la realidad, una escena de crueldad sistemática.
La primera visita: signos de violencia detrás de un portón cerrado
El 17 de marzo, en compañía de la Policía, la Secretaría de Salud y otras entidades, la UAEPA intentó verificar la denuncia. La negativa a permitir el ingreso no hizo sino reforzar las sospechas. Desde el exterior se percibían señales de abandono y maltrato: ladridos desesperados, condiciones insalubres, animales visibles en estado de deterioro.
Lo que vino después no fue improvisación. Fue procedimiento con propósito.
El allanamiento: cuando la ley entra para salvar
Gracias a una rápida acción de la Fiscalía, se expidió una orden de allanamiento. Lo que encontraron al ingresar confirmó los peores temores.
Once animales fueron rescatados: perros de razas como American Bully, Fila Brasileño, Mastín Tibetano, y una mini pig vietnamita. Todos presentaban múltiples señales de maltrato: mutilaciones estéticas, enfermedades cutáneas, infestaciones de garrapatas, diarreas, problemas respiratorios y signos de desnutrición. Vivían rodeados de excremento, encerrados con medicamentos vencidos y sin acceso digno a agua ni alimento.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de CaliEl cuidado posterior: reconstruir desde el afecto
Los animales fueron trasladados al Centro de Bienestar Animal de Cali, un lugar que, más que albergue, se ha convertido en espacio de reparación emocional y física. El proceso no solo implica atención médica: también busca reeducar la confianza, restaurar la calma, devolver el derecho a la vida sin miedo.
La sanción: un castigo con sentido de justicia
Como resultado de la investigación, la Inspección Especializada en Maltrato Animal de la UAEPA impuso una multa histórica: más de 67 millones de pesos al propietario del criadero ilegal, la sanción más alta registrada hasta hoy en Santiago de Cali por maltrato animal.
Además, se decretó la incautación definitiva de los animales, quienes ahora se preparan para ser adoptados por familias que entiendan que cuidar no es un gesto, es un compromiso.
Más que un operativo: una declaración de principios
Este caso no es un hecho aislado. Es un símbolo. Una ciudad que actúa para proteger la vida en todas sus formas es una ciudad que se reconstruye con dignidad. La UAEPA y la Alcaldía de Cali han reiterado su compromiso de convertir la protección animal en política pública firme, no solo reactiva, sino educativa y preventiva.
La ciudadanía: pieza clave en la cadena de protección
Este rescate comenzó con una voz anónima que se atrevió a no callar. Por eso, el llamado a la comunidad es claro: denunciar también salva vidas. La línea de atención de la UAEPA vía WhatsApp (318 275 0101) está abierta para recibir reportes de maltrato animal con pruebas como fotos, videos y descripciones.
Denunciar no es delatar: es proteger a los que no pueden defenderse solos.
Cada animal salvado es una página menos en la historia de la indiferencia. Y cada sanción impuesta es un paso más hacia una Cali que no tolera el sufrimiento como paisaje cotidiano.
0 Comentarios