El humo blanco que se avecina, el mundo espera a puertas cerradas

 El Cónclave para elegir al nuevo Papa comenzará el 7 de mayo en la Capilla Sixtina

El humo blanco que se avecina, el mundo espera a puertas cerradas
 
  Foto: Prensa  Vaticano 

Más allá del humo blanco y los protocolos solemnes, el cónclave es una pausa litúrgica en el curso del mundo. Un momento en el que la Iglesia Católica se reúne, ora y decide quién llevará sobre sus hombros la carga y la esperanza de millones.

Un anuncio desde Roma: el cónclave tiene fecha

La mañana del lunes 28 de abril, en la V Congregación General celebrada en el Vaticano, más de 180 cardenales reunidos en el Aula Nueva del Sínodo decidieron que el miércoles 7 de mayo comenzará el Cónclave para elegir al 267º Sucesor de Pedro. Como manda la tradición, la elección tendrá lugar a puertas cerradas en la Capilla Sixtina, espacio donde el arte y la historia han sido, por siglos, testigos del Espíritu.

El anuncio marca el inicio de una cuenta regresiva espiritual. No es un evento, es una invocación colectiva.

Entre la oración y el discernimiento: lo que se dijo en la Congregación

Durante esta quinta Congregación, se presentaron 20 intervenciones que abordaron temas cruciales: el estado actual de la Iglesia, su rol en un mundo fragmentado, los desafíos teológicos y pastorales, y el perfil deseable del nuevo Papa.

La conversación no fue política, sino pastoral. No se habló de poder, sino de servicio. No se propusieron nombres, sino características: firmeza con misericordia, claridad con escucha, identidad con apertura.

También se eligieron tres cardenales para asistir al Cardenal Camarlengo durante los próximos días: Reinhard Marx, Luis Antonio Tagle y Dominique Mamberti. Voces que equilibran tradición, visión global y sensibilidad pastoral.

Lo que dicen las reglas: tiempos, votos y secretos

El calendario del Cónclave se rige por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II, con reformas posteriores de Benedicto XVI. Según las normas, el Cónclave debe comenzar entre el día 15 y 20 después del fallecimiento del Papa, una vez finalizados los Novendiali, nueve días de oración en sufragio del pontífice.

A la fecha, aún se aguarda la llegada de algunos cardenales desde las regiones más remotas del planeta. Todos se alojarán en la Casa Santa Marta, residencia elegida por el Papa Francisco durante su pontificado.

Misa solemne y comienzo del encierro

El miércoles 7 de mayo, por la mañana, se celebrará la tradicional Misa "Pro eligendo Pontifice", presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio. En la tarde, los cardenales procesionarán hacia la Capilla Sixtina, donde iniciarán el Cónclave con el canto del Veni Creator Spiritus.

Dentro de la capilla, se instalarán los bancos para la votación, el horno para quemar las papeletas y los elementos que sellarán, simbólicamente, la desconexión del mundo exterior.

¿Cómo se elige al Papa? Un proceso entre el rito y el discernimiento

Cada día habrá hasta cuatro escrutinios (dos por la mañana y dos por la tarde). Para que la elección sea válida, el candidato debe recibir dos tercios de los votos.

Si luego de 33 o 34 votaciones no se llega a consenso, se realiza una segunda vuelta entre los dos con mayor votación. En este caso, sigue siendo obligatoria la mayoría calificada. Los cardenales en contienda no pueden votarse a sí mismos.

No es solo una elección. Es un clamor a la guía divina, canalizado por la conciencia y el voto de hombres investidos de fe.

Fumata blanca: el momento en que el mundo contiene la respiración

Una vez elegido el nuevo Papa, se le preguntará:

¿Acepta su elección como Sumo Pontífice?

Si acepta, se le hará una segunda pregunta:


¿Con qué nombre deseas ser llamado?

Después, se quemarán las papeletas y, si todo ha sido según lo establecido, una fumata blanca anunciará al mundo lo que solo unos pocos vieron, pero millones esperaban: habemus papam.

Más que un nuevo rostro, una nueva dirección

El nuevo Pontífice se vestirá por primera vez en la "Sala de las Lágrimas", donde lo esperarán los ornamentos papales preparados en varias tallas. Saldrá al balcón central de San Pedro con el crucifijo procesional por delante y pronunciará la bendición Urbi et Orbi, marcando el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia.

La Iglesia elige, pero no lo hace sola. El mundo mira, espera y ora. Porque la elección de un Papa no es solo un asunto eclesial. Es una señal espiritual que atraviesa fronteras y renueva la esperanza.


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