Una ceremonia solemne en la Basílica de San Pedro abre un nuevo capítulo para la Iglesia Católica
Redacción de RMC Noticias | abril de 2025
Un féretro sencillo para un legado profundo
La mañana del 23 de abril, la procesión que llevó el cuerpo del Papa desde la Casa Santa Marta a la Basílica fue tan discreta como emblemática. Encabezada por el Cardenal Kevin Farrell, Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, y acompañada por el Colegio Cardenalicio, la ceremonia fue presenciada por más de 20.000 personas, en su mayoría fieles comunes que encontraron en Francisco un guía terrenal.
Su féretro, austero, dispuesto casi a ras del suelo frente al Altar de la Confesión, contrasta con la pomposidad de otros rituales papales. Refleja el deseo explícito del Pontífice de mantenerse fiel a su voto de humildad, incluso en la muerte.
Liturgia de cercanía y símbolo
La liturgia fue breve pero emotiva. Tras la lectura del Evangelio de Juan (17:24-26), el acto concluyó con el canto de la Salve Regina. Los asistentes —entre ellos religiosos, líderes diplomáticos y miles de peregrinos— rindieron tributo con silencio, lágrimas y una sentida presencia física.
Para la Iglesia, esta despedida es también un símbolo de introspección. La figura de Francisco se erige como catalizadora de una fe que mira hacia dentro y hacia las periferias sociales al mismo tiempo.
La Basílica se abre a los fieles
Desde hoy y hasta el viernes 25 de abril, la Basílica de San Pedro permanecerá abierta en horarios extendidos para que fieles de todo el mundo puedan presentar sus respetos. Se espera que cientos de miles acudan al Vaticano, atraídos no sólo por la figura de un líder religioso, sino por el hombre que defendió la justicia social, el diálogo interreligioso y la ecología integral.
Esta apertura masiva no es únicamente logística: es un acto de coherencia con la Iglesia que Francisco promovió. Una Iglesia abierta, sin puertas ni muros.
¿Qué viene después? El funeral y los novendiales
El funeral será celebrado el sábado 26 a las 10:00 a.m. (hora de Roma), presidido por el Decano del Colegio Cardenalicio. Luego del sepelio, comenzarán los novendiales: nueve días de misas en su memoria, tradición que simboliza el tránsito del alma hacia su descanso eterno.
Durante este período, se anticipan jornadas de reflexión sobre su legado, que, a diferencia de otros pontificados, trasciende lo doctrinal y se inserta en debates contemporáneos sobre el poder, la inclusión y el sentido mismo de la fe en el siglo XXI.
Francisco: entre el legado espiritual y la memoria política
Francisco no fue un Papa neutro. Fue pastor, pero también reformista. Su muerte abre espacio para examinar con mayor libertad su impacto sobre temas como la transparencia financiera del Vaticano, el rol de las mujeres en la Iglesia y la respuesta al abuso clerical.
No será recordado por haber esquivado las crisis, sino por haberlas afrontado con gestos y palabras, más que con dogmas. Un liderazgo incómodo para algunos, inspirador para muchos.
El desafío de continuar una revolución pausada
El próximo cónclave deberá elegir no sólo a un nuevo Papa, sino a un nuevo rumbo. Francisco dejó claro que la Iglesia no puede seguir siendo un Estado clerical alejado del dolor humano. A su manera, sembró semillas de cambio que ahora dependerán del discernimiento colectivo para florecer.
Mientras tanto, en la nave central de la Basílica de San Pedro, su cuerpo reposa como testigo silente de una era que comienza a contarse desde su final.
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