Un respiro para la montaña, una promesa para las comunidades
Redacción de RMC Noticias |
Cali/ abril de 2025
Desde las alturas, donde la neblina besa las crestas de los Farallones de Cali, la gobernadora del Valle del Cauca sobrevoló un territorio que comienza a sanar. Las minas ilegales que alguna vez horadaron el cuerpo del Parque Nacional Natural hoy permanecen cerradas. Es una victoria lenta pero firme para la conservación, la salud pública y la esperanza ambiental.
Una clausura que resiste: vigilancia y voluntad política
El sobrevuelo reciente de la gobernadora Dilian Francisca Toro no fue un acto simbólico más, sino una verificación directa de un compromiso cumplido: las minas ilegales en los Farallones permanecen clausuradas. Acompañada por informes de campo y respaldo militar, Toro destacó la presencia permanente de la Policía Nacional y el Ejército en la zona, un factor clave para disuadir reingresos y proteger el área.
“Estamos muy satisfechos de ver que las minas que nos propusimos cerrar el año pasado permanecen clausuradas (…) Ha sido fundamental también recuperar el agua, afectada por el mercurio vertido en estas fuentes”, afirmó la mandataria.
Más que una operación puntual, se trata de una estrategia de preservación constante, que ha combinado acciones de seguridad con medidas ambientales.
Agua sin mercurio: salud ambiental como prioridad
El envenenamiento de las fuentes hídricas por mercurio es una de las consecuencias más tóxicas de la minería ilegal. Las aguas que corren por los Farallones abastecen a comunidades enteras y forman parte del sistema hídrico que nutre a Cali. Su recuperación es, por tanto, no solo un asunto ecológico, sino una urgencia sanitaria.
El proceso de descontaminación no es inmediato, pero el cierre de las minas es el primer paso indispensable para cortar la fuente del daño.
Alejandro Eder: regenerar lo cerrado
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, advirtió que si bien los intentos por reactivar estas minas aún persisten, los accesos siguen cerrados y vigilados. Su mirada ahora está puesta en una etapa más ambiciosa: la regeneración del territorio.
“El siguiente paso será regenerar y recuperar ambientalmente toda esta zona”, subrayó Eder, en un llamado a que el cierre físico se complemente con una restauración ecológica profunda.
Seguridad, inversión y articulación: la fórmula detrás del logro
La intervención en los Farallones no es un esfuerzo aislado. Ha sido posible gracias al trabajo conjunto entre el Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación, la Gobernación del Valle, la Alcaldía de Cali y la Fuerza Pública. Bajo la coordinación de consejos de seguridad ambiental, se han definido planes para la implosión controlada de minas ilegales, así como estrategias de inversión social para las comunidades adyacentes.
Esta combinación —seguridad y oportunidad— es la única vía para evitar la repetición del ciclo extractivo y destructivo.
El parque que quiere volver a ser bosque
En el corazón del Valle del Cauca, los Farallones de Cali vuelven a respirar. Lo que fue una herida abierta se perfila hoy como un símbolo de resistencia institucional y comunitaria. Pero la recuperación apenas comienza.
Porque cerrar una mina es apenas cerrar una puerta. Lo difícil —y lo verdaderamente transformador— es abrir ventanas nuevas: para el desarrollo sostenible, la educación ambiental y la convivencia armónica entre naturaleza y sociedad.
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