Ante el inicio de la Semana Santa y el incremento de turistas en la región, la Gobernación del Valle del Cauca decretó la alerta amarilla en toda la Red Pública Hospitalaria del departamento. La medida, vigente hasta el 20 de abril, busca fortalecer la capacidad operativa del sistema de salud, anticipándose a posibles emergencias médicas asociadas a la alta movilidad y a las condiciones climáticas actuales, marcadas por un invierno prolongado.
Según datos del Observatorio de Salud del Valle, durante los períodos festivos y vacaciones las atenciones por urgencias aumentan en un 25 %, y las causas más frecuentes incluyen intoxicaciones alimentarias, accidentes domésticos y complicaciones relacionadas con el clima, como deshidratación o infecciones respiratorias. Sin embargo, este año se suma un factor adicional: el incremento de criaderos de mosquitos, en especial del Aedes aegypti, que ha proliferado debido a las lluvias constantes en distintas zonas del departamento.
Este mosquito es transmisor de enfermedades como el dengue, chikunguña y zika, patologías que en los últimos meses han tenido un repunte en diversas regiones del país, incluido el Valle. En lo que va del año, se han reportado más de 4.000 casos de dengue en el departamento, lo que ha encendido las alarmas de las autoridades sanitarias, especialmente en municipios turísticos como Buga, Palmira, Dagua y Calima, donde se esperan miles de visitantes durante la semana mayor.
Frente a este panorama, la alerta amarilla no implica una emergencia declarada, sino un estado de prevención que permite activar protocolos especiales en las instituciones de salud. Entre las medidas adoptadas está la actualización de los planes de contingencia, el refuerzo del personal médico en urgencias, la disponibilidad de ambulancias y el suministro de insumos críticos para la atención inmediata de pacientes.
Como lo explicó María Cristina Lesmes, secretaria de Salud del Valle, la instrucción a los hospitales es clara: “Estar listos para un aumento en la demanda de servicios, sobre todo en zonas con alta concentración de turistas, donde también estamos viendo un aumento de enfermedades transmitidas por vectores debido al invierno”.
Los servicios de salud también deberán extender su cobertura hacia las zonas rurales, donde las condiciones de acceso, la falta de infraestructura y la acumulación de aguas estancadas favorecen la reproducción del mosquito y complican el control epidemiológico. La vigilancia en salud pública estará activa para detectar a tiempo posibles brotes de enfermedades y garantizar atención oportuna.
Desde este medio, reconocemos la decisión de activar la alerta amarilla como un acto de responsabilidad institucional, pero advertimos que la sostenibilidad del sistema de salud no puede depender únicamente de medidas temporales o reactivas. La proliferación del mosquito Aedes aegypti, alimentada por las condiciones del invierno, exige acciones estructurales, campañas sostenidas de control vectorial y una inversión decidida en infraestructura sanitaria.
A la ciudadanía también le corresponde una tarea urgente: eliminar criaderos, protegerse del contacto con mosquitos y actuar con corresponsabilidad para evitar que enfermedades prevenibles colapsen los servicios hospitalarios. Los espacios de descanso no deben convertirse en escenarios de riesgo por falta de información o de precaución.
En tiempos donde se promueve el recogimiento espiritual, también es momento de reflexionar sobre el valor de la vida y del cuidado colectivo. La prevención es un compromiso con la salud de todos, no solo durante la Semana Santa, sino cada día en una región que necesita vivir sin sobresaltos evitables.
Redacción de RMC Noticias
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