En menos de 24 horas tras el segundo atentado terrorista en Cali, el alcalde Alejandro Eder y el ministro Pedro Sánchez sellaron un compromiso para fortalecer la inteligencia y desmantelar al frente ‘Jaime Martínez’.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de CaliPor : Redacción RMC Noticias, 19 de mayo de 2025
El tiempo no da tregua. Mientras la ciudad aún no termina de procesar el eco de la última explosión, sus autoridades se apresuran a contener una amenaza que, lejos de ser nueva, ha mutado y se ha infiltrado en la vida urbana con brutalidad. En la noche del lunes 18 de mayo, una nueva ofensiva terrorista sacudió el barrio Los Lagos. Al día siguiente, el alcalde Alejandro Eder voló a Bogotá y, sin demora, sostuvo una reunión con el ministro de Defensa, Pedro Sánchez.
Fue un gesto político, pero también simbólico. En medio del temor ciudadano, la reunión proyectó una imagen de unidad institucional. "Este es un problema de todos", afirmó el alcalde, como si con esas palabras pudiera exorcizar décadas de violencia enquistada.
Eder, un alcalde de perfil técnico que ha insistido en una visión de seguridad integral, fue enfático: la recuperación del suroccidente colombiano empieza por recuperar Cali.
El enemigo: una disidencia mutante y territorial
El frente ‘Jaime Martínez’, disidencia de las antiguas Farc, es el nombre que empieza a convertirse en sinónimo de amenaza para la capital del Valle. Su presencia en las zonas rurales y periurbanas se ha hecho más visible a través de ataques selectivos, amenazas y extorsiones. Su accionar no es improvisado, sino metódico, diseñado para enviar un mensaje: aquí estamos, y podemos golpear donde duele.
El ministro de Defensa fue directo: “Vamos a neutralizar las amenazas que tiene la hermosa ciudad de Cali”. Y se refirió al grupo armado con nombre propio: las disidencias de ‘Iván Mordisco’, articuladas con la ‘Jaime Martínez’, cuyo cabecilla alias Marlon es uno de los objetivos centrales de la Fuerza Pública.
Sánchez recordó que este grupo está vinculado con crímenes tan alarmantes como el secuestro del niño Lyan en Jamundí. “Los criminales se han degradado porque saben que no tienen cabida”, enfatizó.
Recompensas, inteligencia y corresponsabilidad ciudadana
Las palabras del ministro vinieron acompañadas de cifras concretas: $300 millones de recompensa por información que permita capturar a los autores del atentado en Los Lagos, y hasta $50 millones para prevenir nuevos actos terroristas.
Por su parte, el alcalde reiteró la recompensa de hasta $200 millones por información sobre los ataques recientes, incluida la explosión anterior cerca del CAI de la Ptar, en el barrio Jorge Eliecer Gaitán.
Ambos funcionarios coincidieron en que la inteligencia y la cooperación ciudadana son claves. "No nos ahorraremos esfuerzos", repitió Eder, consciente de que en este momento cada palabra pública es también un acto político de resistencia frente al miedo.
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