Una fecha para celebrar, no para sobrevivir
El Día de la Madre bajo vigilancia: cuando la celebración necesita protección
El Día de la Madre suele evocar flores, llamadas emotivas y almuerzos familiares. Pero también —y dolorosamente— es una de las fechas con mayor índice de violencia de género en Colombia. Ante esta realidad persistente, la Gobernación del Valle del Cauca no se limita a conmemorar: activa el Código Rosa, una estrategia que convierte el homenaje en acción, y la prevención en un compromiso institucional.
Una red de cuidado que no duerme
El Código Rosa no es una campaña simbólica. Es un mecanismo operativo real, que articula a entidades como la Policía, Fiscalía, hospitales, comisarías, alcaldías y personal de salud para brindar respuesta inmediata a cualquier señal de violencia contra las mujeres durante esta jornada.
“Es una fecha donde históricamente aumentan los casos de violencia intrafamiliar. Por eso, reactivamos el Código Rosa, para cuidar a nuestras mujeres y garantizarles una red de atención activa y cercana”, explicó la gobernadora Dilian Francisca Toro.
El despliegue contempla líneas de emergencia activas 24/7, personal sensibilizado en atención con enfoque de género, y canales expeditos para denuncias en tiempo real.
No están solas: una ruta clara, un mensaje firme
Desde la Secretaría de Mujer, Equidad de Género y Diversidad Sexual, se hace un llamado no solo a las instituciones, sino también a la ciudadanía:
“Es fundamental que cada mujer sepa a quién acudir, que entienda sus derechos y que sienta que hay un respaldo estructural, no improvisado, frente a cualquier tipo de agresión”, afirmó Yurany Ordoñez, titular de la cartera.
El mensaje es claro: no basta con reaccionar después del daño. La prevención empieza con información, visibilidad y presencia efectiva del Estado.
28 municipios, una causa común: desnaturalizar la violencia
La estrategia también llega al territorio: 28 municipios del Valle del Cauca serán intervenidos con actividades pedagógicas, culturales y lúdicas lideradas por Gestores y Gestoras en Equidad de Género. El objetivo no es solo evitar agresiones, sino sembrar nuevas formas de relacionamiento, respeto y convivencia.
Estas acciones apuntan a un cambio más profundo: desnaturalizar las violencias normalizadas, muchas veces invisibles, que se esconden bajo rituales familiares o expresiones de “amor posesivo”.
El cuidado como resistencia
Este Día de la Madre, el Valle del Cauca no solo regala flores: ofrece rutas, escucha, refugio y justicia. La violencia de género no descansa, pero tampoco lo hace la voluntad política de erradicarla.
Y en ese ejercicio, cuidar también es resistir. Proteger también es amar. Y prevenir, siempre, es mejor que lamentar.
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