Consulta Popular: el Sí resonó en las calles con fuerza indígena, sindical y popular
Bogotá / Mayo de 2025
Una marea tricolor, multicolor y multivocal
Bogotá fue epicentro de una convergencia social pocas veces vista
La Plaza de Bolívar, símbolo del poder en Colombia, se llenó esta vez no de discursos oficiales, sino de testimonios encarnados. Entre flautas, tambores y banderas, surgió una voz inconfundible: Rochi Torres, una emprendedora de Huila con más de 35 años en la fabricación de maletas, gritaba “Sí” con una bandera de Colombia amarrada al cuello.
“Queremos rescatar lo que lograron nuestros abuelos: mejores oportunidades, mejores salarios, más dignificación para el trabajador”.
Su mensaje no era una consigna vacía: hablaba por quienes han sido invisibilizados en la política económica del país. “Apoyo la Consulta por la disminución de la jornada laboral, el reconocimiento de dominicales y festivos, y por contratos dignos para las madres comunitarias. No es justo que el colombiano viva empobrecido teniendo tantas riquezas”, dijo.
La Minga que marchó por todos
10.000 indígenas llegaron a Bogotá para decir que el cambio también es de ellos
Duber Campo y Horacio Pechené, líderes de la minga del Cauca, caminaron desde su territorio ancestral hasta el corazón político del país. En su mensaje, la Consulta no es una propuesta del Gobierno: es una oportunidad para el pueblo marginado de exigir lo que históricamente se le ha negado.
“Las reformas son del pueblo. Nos identificamos con todas las preguntas de la Consulta porque todos pertenecemos a la sociedad colombiana”, afirmó Duber.
Pechené fue más contundente: “El Congreso debe escuchar al pueblo. Hay que sacar a los que cobran sin trabajar y poner gente que trabaje por nosotros”.
Bancarios y sindicalistas: el respaldo del trabajo organizado
ACEP y la CUT marcharon con fuerza por las 12 preguntas de la Consulta
En medio de banderas rojas y discursos firmes, Francisco Sánchez, presidente de la Asociación Colombiana de Empleados Bancarios y miembro de la CUT, defendió su voto por el Sí.
“Marchamos en todo el país. Aquí en Bogotá somos 80, pero somos miles. Esta Consulta es nuestra respuesta a la negativa del Congreso frente a reformas esenciales para el pueblo trabajador”.
ACEP, que representa a más de 8.500 trabajadores del sector financiero, no solo respaldó, sino que impulsó la jornada con una visión clara: el trabajo debe ser digno, estable y justo.
El Putumayo también dijo presente
Desde Puerto Asís, una socióloga y su hija universitaria alzaron la voz
Marta Cecilia Cardoso Ospina no llegó sola. Caminaba con su hija estudiante de Ciencias Políticas, ambas envueltas en un poncho diseñado por ella misma con animales y la frase “Soy del Putumayo”. Su motivo era tan político como personal:
“Nos han pisoteado la dignidad. Estas reformas no son de Petro, son del pueblo. Y para el pueblo”.
Para Marta, la Consulta no es sobre un presidente; es sobre un país que se rehúsa a aceptar el silencio y la resignación.
La Consulta como espejo de un país que no calla más
Lo que ocurrió no fue solo una jornada electoral: fue una irrupción social legítima
Lo que comenzó como una estrategia del Ejecutivo para presionar al Congreso, terminó como una ola de participación popular que desbordó lo institucional. La ciudadanía habló con sus cuerpos, sus banderas, sus relatos. Y esa voz, articulada desde múltiples orillas, difícilmente puede ser ignorada.
La Consulta Popular, gane o no su validación legal, ya ganó algo más profundo: el retorno del pueblo como sujeto político. Un país que, a pesar de las fracturas, todavía puede marchar unido cuando se trata de dignidad.
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