Una acción que refleja el poder de la inteligencia comunitaria y el enfoque territorial de la seguridad rural
Por : Redacción RMC Noticias, 17 de mayo de 2025
Una madrugada interrumpida, un operativo que marcó la diferencia
En la vereda La Colonia, una zona rural de Tuluá donde el ritmo de la vida suele estar marcado por la rutina agrícola y la calma aparente de las madrugadas, un intento de robo de ganado activó una cadena de respuestas que hoy se traduce en un logro para la seguridad rural. La Policía Nacional, apoyada por la red de vigilancia comunitaria, logró capturar a tres personas y recuperar vehículos utilizados para el hurto.
No se trató solo de un acto policial eficaz: fue la expresión de una estrategia que ha comenzado a madurar en territorios históricamente desatendidos. La reacción articulada entre la ciudadanía y las autoridades evidencia que la seguridad ya no puede pensarse como una fuerza reactiva, sino como una construcción colectiva, sostenida en la prevención y la confianza mutua.
Un plan de seguridad que escucha el pulso del campo
La operación no ocurrió al azar. Forma parte de una estrategia integral de seguridad diseñada por el Gobierno del Valle del Cauca, centrada en los corredores rurales y los puntos críticos de incidencia delictiva. Las patrullas constantes, el fortalecimiento de la inteligencia territorial y la coordinación con las redes de apoyo ciudadano han comenzado a redefinir el mapa de la seguridad departamental.
“La Policía en Tuluá logró frustrar un hurto de ganado. Además, dos motos de alto cilindraje fueron recuperadas y los delincuentes capturados”, afirmó Dilian Francisca Toro, gobernadora del Valle, quien ha insistido en darle un carácter territorial y participativo a la seguridad pública.
Delincuencia rural: patrones que se repiten, respuestas que evolucionan
Según la coronel Sandra Rodríguez, comandante de Policía Valle, los capturados ingresaron durante la madrugada a una finca, intimidaron a los trabajadores y amordazaron a quienes se encontraban en el lugar. Su intención era trasladar los animales robados hacia Cali en dos camionetas.
“Esta modalidad criminal aprovecha el aislamiento de las fincas y la vulnerabilidad de la noche. Pero esta vez, la respuesta fue más rápida que la amenaza”, señaló Rodríguez.
Los tres capturados presentan antecedentes por delitos como hurto calificado, concierto para delinquir, receptación e incluso inasistencia alimentaria. Más allá de las capturas, el operativo deja un mensaje claro: la articulación oportuna entre comunidad y fuerza pública puede desbaratar estructuras que durante años han operado con impunidad en zonas rurales.
¿Qué dice esto del futuro de la seguridad rural?
Este hecho no es una simple anécdota policial. Es un indicio de algo más profundo: el surgimiento de una cultura de co-seguridad en el Valle del Cauca. Una en la que la ciudadanía ya no se limita a ser víctima pasiva, sino que se convierte en aliada crítica de las instituciones.
El enfoque ya no es puramente punitivo. El gobierno departamental está apostando por una visión sistémica de la seguridad, que entiende las causas estructurales de la delincuencia en el campo: el abandono estatal, la falta de oportunidades y la escasa conectividad institucional. Actuar desde esa comprensión puede ser la diferencia entre apagar incendios y construir territorios resilientes.
Llamado a la acción: denunciar como acto de defensa común
La gobernadora Toro ha reiterado la importancia de denunciar. La línea 123 de la Policía Nacional está disponible para reportar cualquier hecho sospechoso. Más allá de un número telefónico, representa una vía de participación directa en el tejido de seguridad colectiva que el Valle está reconstruyendo.
"La seguridad no se impone, se construye. Y ese proceso empieza en la decisión cotidiana de no normalizar el delito", concluye Toro.
0 Comentarios