Opinión / ¿Está el Gobierno Nacional castigando al Valle del Cauca por razones políticas?


Opinión / ¿Está el Gobierno Nacional castigando al Valle del Cauca por razones políticas?


Por: Paulina A Arango M

Columna de Opinión

.El poder no se ejerce con amenazas, se honra con compromisos

En un país donde la institucionalidad está en constante tensión y la política se libra con más vehemencia que argumentos, el reciente cruce entre el Gobierno Nacional y la Gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, nos obliga a hacer una pausa. ¿Hasta qué punto el poder ejecutivo puede, o debe, condicionar el desarrollo de una región a su respaldo político? ¿Es legítimo suspender obras estratégicas por el simple hecho de que un departamento no respaldó una consulta presidencial?

Esta no es solo una disputa entre líderes: es una señal de alerta sobre el uso de los recursos públicos y el respeto a la voluntad ciudadana.

El Valle del Cauca no es enemigo, es una región que merece respeto

El Valle no es un rival político. Es una tierra de diversidad, trabajo y esperanza que no puede pagar el precio de los desacuerdos partidistas. La supuesta intención —sugerida en chats filtrados— de frenar inversiones por una supuesta "retaliación" es más que preocupante: es peligrosa.

La gobernadora Dilian Francisca Toro, en una intervención pública que se alejó del cálculo político y se acercó a la defensa de lo justo, dijo una verdad que no admite interpretaciones: “Las obras no son suyas ni mías, son de los ciudadanos.”

Cuando el Ejecutivo amenaza con detener el desarrollo regional como castigo, se cruza una línea ética inaceptable. Gobernar no es premiar aliados ni castigar disidentes; es responder con hechos a quienes, con su voto, depositaron su confianza en la democracia.

Proyectos estratégicos en riesgo: ¿desarrollo condicionado al respaldo político?

En medio de este clima tenso, la gobernadora Dilian Francisca Toro ha manifestado su profunda preocupación por la falta de respaldo financiero del Gobierno Nacional a varios proyectos estratégicos para el departamento. Iniciativas clave como el Tren de Cercanías, la concesión del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, la vía Mulaló–Loboguerrero y el Tren del Pacífico enfrentan retrasos significativos. La incertidumbre sobre su ejecución no solo frena el crecimiento regional, sino que amenaza con afectar directamente la calidad de vida de millones de vallecaucanos.

En palabras de la mandataria, este no es momento de cálculos políticos sino de compromisos reales: ha solicitado al presidente Gustavo Petro abrir canales de diálogo y priorizar las verdaderas necesidades del departamento. Porque el desarrollo de una región no debe depender de la afinidad ideológica, sino del deber moral y constitucional de servir al bien común.

Señor Presidente: cumplir con el Valle no es un favor, es un deber

Recordamos, con total claridad, que para llegar a la Presidencia usted necesitó —y recibió— el respaldo de miles de vallecaucanos. Sin ese apoyo, no habría llegado. No lo decimos como advertencia, sino como recordatorio de que el poder se construye con la gente, no por encima de ella.

Hoy, ese mismo pueblo le pide que cumpla. No como una concesión personal, sino como una obligación institucional. No cumplir sería faltar a la palabra empeñada, esa que tantas veces repitió en campaña, cuando hablaba de justicia social, equidad regional y reparación histórica.

El progreso del Valle del Cauca no puede depender del estado de ánimo político del Gobierno. Las vías, los hospitales, los centros de innovación y conectividad no son propiedad de ningún gobernante. Son herramientas del pueblo para vivir mejor.

Democracia sí, retaliaciones no

¿Qué mensaje se envía al país si cada región que vota distinto es castigada desde la Casa de Nariño? ¿Es esa la Colombia del cambio?

Un presidente que se reclama progresista no puede permitir que su legado esté manchado por decisiones que suenan más a advertencia que a política pública. Gobernar desde la diferencia es una de las formas más elevadas de la democracia. Respetar a los que no están de acuerdo con usted no lo debilita, lo engrandece.

Lo que hoy vive el Valle puede convertirse en una peligrosa costumbre: premiar la obediencia, castigar el disenso. Eso ya lo hemos vivido, y sabemos cómo termina.

Gobernar no es vengarse, es cumplir

Señor Presidente, lo invitamos a reflexionar. Lo elegieron  no para castigar, sino para construir. Cumpla su palabra, respete la diferencia, y entienda que el poder real no se impone: se honra, se sirve y se agradece.

Porque castigar al Valle por pensar distinto no es gobernar. Es fallar.


0 Comentarios

cajon

RMC: Información, análisis, y veracidad en las noticias

Invitamos a todos aquellos interesados en promover la cultura, la creatividad y la sostenibilidad a ser parte de este movimiento. Juntos, podemos construir un futuro más equitativo, donde las voces de todas las comunidades sean una pieza clave en el relato del país.