Del Día del Trabajo al debate nacional sobre informalidad, salud y migración
Por : Redacción de RMC Noticias 1 de mayo de 2025
Introducción directa: el cruce de narrativas en un día simbólico
Mientras el presidente Gustavo Petro celebraba el Día Internacional del Trabajo con un acto multitudinario en la Plaza de Bolívar y entregaba simbólicamente la espada de Bolívar al pueblo, desde la otra orilla ideológica, el expresidente Álvaro Uribe Vélez marcaba un contrapunto tajante.
A través de un pronunciamiento en su cuenta oficial de X (antes Twitter), el líder del Centro Democrático cuestionó en ocho puntos el enfoque laboral del actual gobierno. Más allá de una disputa política, el mensaje refleja un profundo desacuerdo sobre el modelo de desarrollo y los derechos laborales que debería adoptar el país.
El crecimiento de la informalidad: ¿un retroceso estructural?
Uno de los puntos más críticos en el mensaje de Uribe fue el aumento de la informalidad laboral. Según el exmandatario, “más de 950 mil personas han ingresado al sector informal en el último año”, elevando la tasa hasta un 57,8 %. Esta cifra, en comparación con países de la región como Chile, México, Costa Rica y Brasil, pone a Colombia en una posición alarmante.
Uribe sugiere que las reformas laborales propuestas no están atacando este problema estructural, sino exacerbándolo al dificultar la generación de empleo formal, especialmente en las pequeñas empresas y el comercio.
La migración joven y productiva: ¿una fuga de futuro?
Otro punto de preocupación que destacó el expresidente es el éxodo de más de dos millones de colombianos, muchos de ellos en edad productiva. Según Uribe, esta migración no es solo económica sino existencial: “Nuestros jóvenes están quedando atrapados entre la necesidad de emigrar o caer en redes del microtráfico”.
El señalamiento toca una fibra sensible en el debate nacional: la falta de oportunidades reales en el territorio, frente a un discurso que promete inclusión y transformación pero que, según Uribe, no ha logrado evitar que los sueños se sigan embarcando al exterior.
Salud: entre reforma y ruptura del acceso
En su tercera crítica, Uribe abordó el sistema de salud, apuntando contra lo que considera “la imposición de un monopolio estatal” que, en lugar de mejorar el acceso, ha generado incertidumbre y desprotección. Asegura que los trabajadores están pagando de su bolsillo tratamientos, o viéndose obligados a acudir a sus empleadores para cubrir medicinas y procedimientos que antes estaban cubiertos por las EPS.
Esta crítica no se formula en abstracto: se inserta en el contexto del estancamiento de la reforma a la salud en el Congreso, y del descontento creciente en algunos sectores por la transición institucional incierta.
Consulta popular vs. oposición política: dos visiones en disputa
El mensaje de Uribe fue publicado pocas horas después del discurso de Petro, donde el presidente insistió en que el pueblo debe decidir, mediante una consulta popular, el futuro de reformas como la laboral y la sanitaria. Para Uribe, esta estrategia es peligrosa porque intenta saltarse los contrapesos institucionales, apelando a una movilización masiva que, aunque legítima, podría estar mal informada o manipulada emocionalmente.
En este sentido, el expresidente no solo ofrece una crítica técnica sino también política: cree que el Gobierno está utilizando los símbolos del pueblo —como la espada de Bolívar— para promover una agenda que, en la práctica, perjudicaría precisamente a los más vulnerables.
¿Y ahora qué?: entre polarización y búsqueda de soluciones reales
El contrapunto entre Uribe y Petro es más que un cruce de mensajes: es un reflejo de dos visiones irreconciliables sobre cómo debe organizarse el trabajo en Colombia. Mientras uno llama a la transformación desde las urnas, el otro propone volver a modelos de estímulo empresarial y reducción de cargas al empleador.
La pregunta que queda sobre la mesa es si el país puede construir una síntesis entre ambas posturas, o si continuará transitando entre picos de polarización sin soluciones estructurales de largo plazo.
No se trata solo de un enfrentamiento entre líderes. Se trata de millones de trabajadores que viven entre el discurso y la realidad, entre la promesa de cambios estructurales y el temor a perder lo poco conquistado. Uribe lanza una crítica desde el pasado, pero el futuro exige algo más que acusaciones: requiere propuestas viables, articuladas y sostenibles.
¿Podrán ambas orillas escuchar lo que verdaderamente necesita el país?
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