Una ciudad en escena, una ciudadanía que se reencuentra en las tablas
Foto: Comunicaciones Alcaldía de Cali
Redacción RMC Noticias / 1 de junio de 2025
El teatro no solo entretiene, también reconstruye
En medio de una ciudad que busca reconciliarse consigo misma, el Festival Internacional de Teatro Cali 2025 se alzó como un gesto colectivo de resistencia, memoria y posibilidad. La décima edición de este evento —con funciones a sala llena, talleres desbordados en inscripciones y una programación diversa y provocadora— evidenció algo más profundo que una agenda cultural exitosa: reveló el poder del arte para sanar el tejido urbano y emocional de Cali.
La cultura no fue aquí un accesorio decorativo, sino un eje de transformación. Lo que ocurrió durante esta edición del festival no es solo una celebración del teatro; es una declaración política sobre el lugar que el arte debe tener en la vida pública, especialmente en ciudades fragmentadas y con historias recientes marcadas por el conflicto y la desigualdad.
Diez ediciones que consolidan un espacio esencial para la ciudadanía
Bajo la dirección de Miriam Cecilia Mora Ortiz, el festival alcanzó una madurez que ya no se mide solo en cifras de asistencia —aunque los aforos completos hablan por sí solos—, sino en su capacidad de convocar, conectar e interpelar.
“Hemos tenido el aforo totalmente lleno y los grupos poblacionales han asistido a las salas de teatro. La programación fue muy diversa e incluyó obras para toda la familia, performance, artes vivas, clown y activaciones urbanas. Realmente el balance es muy positivo, lo que indica que Cali recibe muy bien al teatro”, declaró la directora, reafirmando que el arte escénico sigue siendo relevante, urgente y necesario.
El festival también apostó por la inclusión de públicos infantiles y juveniles. Desde circo social hasta intervenciones con monociclo y acrobacia aérea, la experiencia teatral se abrió como posibilidad vital para nuevas generaciones. “Esa es la apuesta del Distrito Cultural de Cali y creo que vamos por muy buen camino”, concluyó Mora Ortiz.
El teatro como acto político y sanador
Para el actor belga Rudy Goddin, protagonista de la obra El Turista, el teatro solo cumple su función transformadora si hay un mensaje claro y una ética detrás del espectáculo:
“El teatro cambia muchas cosas, pero tiene que ser con un poquito de sentido. La gente sale diferente. El teatro transforma a la vez al público, pero también cambia a los que están en el escenario”.
Esa doble transformación —del espectador y del intérprete— es también la que reconoce Mayra Patiño, actriz de la obra Polardiente. Su perspectiva acentúa el carácter íntimo, reflexivo y emocional del teatro como vehículo social:
“El teatro es muy sanador. No solo educa, también deja preguntas abiertas que resuenan en la mente de quien asiste. Y eso puede ayudarles a comprender algo de su vida o de su entorno”.
Una ciudad que vibra diferente cuando el arte ocupa sus espacios
El escultor, pintor y actor Diego Pombo, uno de los asistentes al festival, fue más allá en su reflexión sobre el impacto del evento en la ciudad y en el sector cultural:
“Movilizó mucha gente, reagrupó al sector teatral y le dio vida a una ciudad que vibra distinto cuando el arte está presente. El teatro es el arte que más transforma sociedades y el que más se involucra en la vida social y política del país”.
Cali, históricamente marcada por sus contrastes y tensiones, encuentra en estos espacios culturales una posibilidad de reencuentro: no solo entre artistas y espectadores, sino entre ciudadanos que se reconocen, dialogan y se emocionan juntos. El teatro, en este contexto, no solo representa la realidad: la modela, la desafía y la reinventa.
Compromiso institucional con la cultura como eje de bienestar
La Administración Distrital, ha reiterado su compromiso con el impulso de proyectos culturales como estrategia para la recuperación urbana y emocional de Cali. Iniciativas como el Festival Internacional de Teatro no son decorado institucional: son política pública con impacto profundo.
Porque una ciudad que respira arte, es también una ciudad que respira esperanza. Y en cada aplauso que retumbó en las salas llenas de este festival, se escuchó algo más que emoción teatral: se oyó el eco de una ciudadanía que, poco a poco, vuelve a creer en su propia historia.
Cuando el telón cae, queda la transformación
El Festival Internacional de Teatro Cali 2025 no fue solo un éxito de taquilla o programación. Fue un recordatorio potente de que el arte tiene el poder de transformar, de cuidar, de tejer comunidad.
En una ciudad que ha pasado por tanto, cada función, cada escena y cada aplauso son pequeñas formas de reconstrucción. Porque cuando el teatro toma la palabra, la ciudad escucha. Y cuando el telón cae… algo en nosotros ya no es igual.
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