Con una inversión histórica, Cali inicia la restauración integral de uno de sus barrios más emblemáticos, apostando por el patrimonio, la memoria colectiva y el desarrollo sostenible.
Un legado vivo que no se baila solo
El Barrio Obrero no es simplemente una zona del centro de Cali: es un símbolo urbano donde palpita la historia popular, la resistencia cultural y el alma melómana de la ciudad. Desde las esquinas donde nacieron himnos de la salsa hasta los clubes que resguardan colecciones de vinilos como verdaderos templos del ritmo, esta zona ha tejido una identidad caleña que trasciende generaciones. La intervención urbana que inicia este viernes marca un punto de inflexión: por primera vez en décadas, se reconoce su valor no solo simbólico, sino estructural en el proyecto de ciudad.
La Ruta de la Salsa se pavimenta con memoria
La Fase I del proyecto, liderado por la Secretaría de Cultura y ejecutado por la Empresa de Desarrollo y Renovación Urbana (EDRU), intervendrá 9.421 metros cuadrados que atraviesan sitios claves como la esquina de La Matraca, el Museo de la Salsa y el local Pa’ Borojol. El rediseño incluirá 5.050 m² de zonas verdes, andenes ampliados, nuevo mobiliario urbano, arte público y renovación de redes de servicios. Se trata de un trazado en forma de “T” que no solo busca mejorar la infraestructura, sino resignificar la historia urbana desde una perspectiva cultural y comunitaria. Según cifras de la Alcaldía, este proyecto generará más de 200 empleos directos e indirectos en su primera fase.
Cultura que florece entre adoquines y árboles
El rediseño del espacio público será también un acto de justicia estética y funcional. Los árboles y plantas ornamentales que acompañarán los senderos no solo embellecen, sino que aportan a la sostenibilidad urbana. La intervención prioriza la movilidad peatonal, la seguridad, el descanso, y una relación armónica entre lo patrimonial y lo moderno. “El barrio Obrero es patrimonio vivo”, afirmó Leydi Higidio, secretaria de Cultura, resaltando que esta recuperación no solo protegerá la tradición musical sino que fortalecerá la economía local a través del turismo cultural y los emprendimientos barriales.
Lo que viene: segunda fase, más allá del asfalto
El futuro del Barrio Obrero no se detiene en la esquina de un mural. La Fase II contempla la renovación del Parque Eloy Alfaro y calles clave de la llamada Ruta de la Salsa, incluyendo la carrera 10 y la calle 23, conectando nodos musicales e históricos que hoy permanecen aislados. La directora de EDRU, Raquel Garavito, enfatizó que este será uno de los proyectos de revitalización cultural “más emblemáticos del país”. Con el acompañamiento de artistas, urbanistas y colectivos barriales, Cali se alista para consolidar un corredor patrimonial de escala nacional.
No basta con invertir, hay que corresponder
El renacer del Barrio Obrero plantea una reflexión profunda: ¿qué tanto valoramos los territorios que han construido la identidad colectiva de una ciudad? Este proyecto representa un avance que debe ser celebrado, pero también vigilado. La inversión pública tiene sentido solo si se traduce en una transformación social duradera, incluyente y coherente con las memorias vivas de quienes han sostenido la salsa cuando nadie más lo hacía. Que el nuevo adoquín no silencie el tambor. Cali no solo debe construir con concreto, sino con respeto, escucha y compromiso con sus raíces. Hoy se pone una piedra, pero la verdadera base debe ser la dignidad de su gente.
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