El Festival Internacional de Teatro 2025 cerró su décima edición con ovaciones, homenajes y más de 15.000 asistentes
Foto: Comunicaciones Alcaldía de CaliRedacción RMC Noticias / 2 de junio de 2025
Diez días de ciudad compartida: el teatro como puente
Durante diez intensos días, Cali se transformó en un gran escenario abierto. Comunas, corregimientos, bibliotecas, salas de teatro y espacios no convencionales se poblaron de historias, cuerpos en movimiento y voces que, en sus múltiples formas, tejieron una narrativa colectiva: el arte sigue siendo una herramienta de transformación social.
La décima edición del Festival Internacional de Teatro de Cali (FITCali) concluyó este domingo 1 de junio, y lo hizo con el telón bajando entre aplausos, abrazos y promesas de continuidad. Un acto simbólico en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura cerró esta versión histórica que reunió a más de 15.000 espectadores y celebró los 70 años del teatro caleño como patrimonio vivo.
Cali vibra en escena: programación diversa, pública y descentralizada
“Esta edición llegó a comunas, corregimientos y salas de teatro, y fortaleció el diálogo académico con más de 25 espacios formativos. Desde ya nos preparamos para el 2026”, afirmó Leydi Higidio, secretaria de Cultura de Cali.
La décima edición fue una celebración del teatro en sus múltiples formas: artes vivas, performance, clown, circo social, teatro infantil, y producciones nacionales e internacionales provenientes de Bélgica, Chile, Bogotá, Medellín, Pasto, Riosucio, Huila y más. Con aforos completos y una acogida multitudinaria, Cali reafirmó su papel como epicentro escénico del suroccidente colombiano.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de CaliEl aplauso más grande, para el público
Uno de los momentos más emotivos de la clausura fue el mensaje directo de la secretaria Higidio al público caleño:
“El aplauso más grande es para ustedes. Sin su energía, sin su compañía, esta historia no tendría sentido”.
El reconocimiento también se extendió a los aliados institucionales como IDARTES, la JEP, la Cámara de Comercio de Cali, universidades, colectivos culturales y equipos técnicos que hicieron posible el festival.
Homenajes que construyen memoria
El FITCali 2025 también fue un espacio para honrar trayectorias que han forjado el alma del teatro caleño:
Sandro Romero Rey, homenaje “Toda una vida”
Jhon Jairo Perdomo Restrepo, homenaje “Obra y legado”
Marleyda Soto Ríos, homenaje “Artista destacada”
Facultad de Artes Escénicas de Bellas Artes, homenaje “70 años de formación”
Juan Carlos Agudelo, mención especial
Estos reconocimientos no fueron solo gestos simbólicos; fueron actos de justicia cultural hacia quienes han sostenido las tablas como trinchera, escuela y hogar.
Formación, infancia y futuro: sembrar desde la escena
El componente pedagógico fue clave. Con más de 25 espacios de formación —entre talleres, conversatorios y laboratorios de creación—, el festival se pensó también como semillero y legado para nuevas generaciones.
“Ver a niños haciendo acrobacias, niñas en las telas… eso es lo que queremos para el futuro. Ese es el sentido de esta apuesta”, explicó Myriam Cecilia Mora, directora del festival.
El teatro no es espectáculo: es resistencia, es comunidad
La dimensión política y transformadora del arte escénico estuvo presente en cada obra. Lo dejó claro Rudy Goddin, actor belga de El Turista:
“El teatro cambia muchas cosas, pero tiene que ser con sentido. Tiene que llevar un mensaje”.
También lo reafirmó la actriz Mayra Patiño, quien habló del teatro como acto sanador: “No solo educa, también deja preguntas. Y eso puede cambiar vidas”.
Cali, una ciudad que se cuenta a sí misma
Desde hace décadas, Cali es más que salsa, feria y fútbol. Es también una ciudad teatral, atravesada por narrativas que confrontan, celebran y sueñan. Y este festival lo recordó a cada paso: el teatro es encuentro, es espejo, es lenguaje común.
“Esta versión fue un acto de resistencia cultural, de amor por la palabra viva, de apuesta por lo común”, concluyó Mora.
Un telón que baja para volver a levantarse
Con esta edición, el FITCali se consolida como uno de los festivales más importantes del país. Pero más allá de la cifra de espectadores, lo que queda es una ciudad que vuelve a mirarse a los ojos, a reunirse, a escucharse.
La preparación para la edición 2026 ya está en marcha, con el reto de expandir aún más sus alcances territoriales, formativos y comunitarios.
Porque si algo quedó claro en estos diez días es que el teatro no termina cuando cae el telón: empieza en cada rincón donde alguien se atreve a contar una historia.
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