Más de 20 mil personas fueron testigos de un desfile que exalta la diversidad, rompe estereotipos y proyecta el poder del arte como herramienta de transformación social.
Foto: Comunicaciones Gobernación del Valle del Cauca
Redacción RMC Noticias
Un desfile que va más allá de la estética
Santiago de Cali, junio 29 de 2025 – Con más de 20 mil asistentes y el respaldo de diseñadores nacionales e internacionales, la Pasarela de la Inclusión 2025 consolidó una plataforma que trasciende la moda para convertirse en un acto de dignificación y visibilidad. El evento, liderado por la Gobernación del Valle del Cauca en el marco del Distrito Moda, reunió a personas con discapacidad, comunidades étnicas, víctimas del conflicto y población LGBTIQ+, quienes con cada paso sobre la pasarela narraron historias de resistencia y orgullo.
Diversidad en cada costura, identidad en cada paso
En el Centro de Eventos Valle del Pacífico, las miradas no se posaron solo en los atuendos, sino en las historias que estos llevaban consigo. Tejidos artesanales, apliques en crochet y diseños hechos por manos de mujeres rurales del Valle y otras regiones del país fueron los verdaderos protagonistas. Más de 25 piezas de la colección de Atualita, por ejemplo, fueron tejidas a mano por 11 mujeres, resaltando cómo la moda puede ser un puente entre el arte, la economía popular y la inclusión real.
Modelos que rompen barreras sociales y culturales
Modelos con vitiligo, en silla de ruedas, con discapacidades auditivas o visuales, desafiaron el estigma que por años los ha excluido de espacios de representación. Kingberly Luna, una joven modelo de 19 años con vitiligo, expresó que este tipo de iniciativas permiten ser “el contraste que el mundo necesita”. Este sentimiento fue compartido por muchos de los participantes, que vieron en la pasarela un acto de afirmación personal y colectiva, donde la belleza no se mide por estándares convencionales, sino por autenticidad y coraje.
Foto: Comunicaciones Gobernación del Valle del CaucaDiseño con sentido social: la moda como motor de inclusión
La diseñadora guatemalteca Luisa Elgueta y marcas como Púrpura, con producción artesanal del Pacífico colombiano, dejaron en claro que el diseño con sentido social no es solo posible, sino necesario. Más allá de exhibir talento, el evento promovió encadenamientos productivos entre diseñadores y comunidades, permitiendo una economía colaborativa que impulsa el desarrollo territorial. Este enfoque responde a una necesidad urgente: transformar la industria de la moda en una aliada de la equidad.
Roperos de Inclusión: emprendimiento, sostenibilidad y empoderamiento
Paralelo al evento central, se fortaleció la estrategia de Roperos de Inclusión, un programa que fomenta el reciclaje textil y el emprendimiento femenino. Con la entrega de rollos de tela e insumos a 100 mujeres de Cali, Roldanillo y La Cumbre, la Gobernación del Valle refuerza su compromiso con una economía circular y la capacitación en oficios que generan ingresos sostenibles. Las beneficiarias no solo reciben apoyo material, sino formación técnica, como lo confirmó Lilian Londoño, quien ahora visualiza su propio emprendimiento gracias al programa.
Foto: Comunicaciones Gobernación del Valle del CaucaUn evento que impacta más allá del Valle
La participación de representantes de cinco departamentos y múltiples sectores sociales permitió que la Pasarela de la Inclusión se consolidara como un referente nacional. El desfile no solo visibilizó a colectivos tradicionalmente marginados, sino que les ofreció una plataforma para expresarse en condiciones de igualdad y respeto. Según cifras de la Gobernación del Valle, la octava versión de este evento generó un impacto positivo en turismo, cultura y emprendimiento regional.
Foto: Comunicaciones Gobernación del Valle del CaucaInclusión es acción, no discurso
La Pasarela de la Inclusión 2025 nos recuerda que la verdadera inclusión no es una etiqueta ni una tendencia estética: es una acción colectiva que transforma vidas, dignifica cuerpos e impulsa oportunidades. Eventos como este deben ser replicados y sostenidos, no solo por las instituciones públicas, sino por la sociedad civil, la industria de la moda y los medios de comunicación. Esta es una invitación a repensar la belleza, reconocer el valor de la diferencia y hacer de cada espacio una vitrina para el respeto, la creatividad y la igualdad. La moda, cuando se pone al servicio del ser humano, se convierte en una herramienta poderosa para tejer un futuro más justo.
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