Con más de 80 intervenciones entre entregadas y en obra, la ciudad empieza a saldar una deuda con sus comunas más olvidadas
Foto: Comunicaciones Alcaldía de Cali
Redacción de RMC Noticias
Santiago de Cali, 14 de julio de 2025. En una ciudad donde miles de personas aún habitan viviendas sin condiciones básicas, cualquier ladrillo bien puesto cuenta. El programa ‘Mi Casa Bella’, impulsado por la Alcaldía de Cali, ha comenzado a dejar huella en barrios populares con la entrega de 26 mejoramientos de vivienda en el sector de Patio Bonito (Comuna 1), mientras más de 55 intervenciones adicionales están en proceso.
Lo que se ve y lo que no
Detrás de cada mejora —sea un baño digno, una cocina funcional o un módulo adicional para evitar el hacinamiento— hay una historia que no aparece en los comunicados: familias que durante años han vivido en pisos de tierra, techos con goteras o sin acceso a un baño adecuado. El programa contempla una inversión de hasta $12 millones por hogar, pero su verdadero valor se mide en tranquilidad y dignidad. Es una intervención pequeña en cifras macroeconómicas, pero enorme en el impacto sobre la vida cotidiana.
Foto: Comunicaciones Alcaldía de CaliUna deuda histórica que empieza a moverse
Los mejoramientos entregados en Patio Bonito hacen parte de los 166 anunciados a principios de año para las comunas 1, 18 y 20, con una inversión que ya supera los 2.000 millones de pesos. Las cifras no son menores, pero tampoco alcanzan para cubrir la totalidad del déficit habitacional que enfrenta Cali, donde más de 100.000 viviendas presentan carencias estructurales, según datos del DANE (2023). Lo que se ejecuta ahora no es más que el principio de una tarea mucho más amplia: hacer visible lo invisible en los barrios de la ciudad.
Territorio, no solo infraestructura
Más allá del cemento y la pintura, el programa se ha apoyado en un equipo técnico y social que recorre las comunas preinscribiendo familias y evaluando condiciones casa por casa. Se trata de una apuesta por el contacto directo con la comunidad, una práctica poco común en una administración pública que históricamente ha estado lejos de los territorios. Este enfoque de “ir al barrio” ha permitido identificar prioridades reales, aunque el proceso no está exento de críticas por la lentitud en algunos tramos y la falta de claridad en las convocatorias.
¿Solución estructural o alivio temporal?
Si bien ‘Mi Casa Bella’ ha sido recibido con esperanza en zonas históricamente marginadas, el reto de fondo sigue siendo el mismo: convertir la política habitacional en un proyecto sostenible y de largo plazo. Mejorar una casa es urgente, pero lo esencial es evitar que miles de familias más sigan levantando viviendas sin servicios básicos, muchas veces en zonas de riesgo. La pregunta de fondo es si estas intervenciones lograrán trascender una administración o si quedarán como una buena intención a medio camino.
Desde este espacio valoramos todo esfuerzo que se traduzca en mejoras reales para los sectores más vulnerables. Pero también entendemos que la vivienda digna no puede seguir siendo un lujo ni una promesa de campaña. Cali necesita una política de hábitat robusta, continua y supervisada con rigor ciudadano. La ciudad debe dejar de normalizar el abandono de sus laderas y márgenes. Si un hogar es el primer refugio de una vida digna, entonces programas como ‘Mi Casa Bella’ deben ser regla, no excepción. Construir justicia social empieza por los cimientos, literalmente.
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