La Gobernadora Dilian Francisca Toro lidera un nuevo esfuerzo interdepartamental para diseñar estrategias de paz que respondan a las realidades sociales del suroccidente colombiano.
Santiago de Cali, 22 de julio de 2025. El Gobierno del Valle del Cauca se unió oficialmente a la construcción de una hoja de ruta para la paz territorial en el suroccidente colombiano, en una jornada estratégica con gobernadores de la Región Administrativa y de Planificación (RAP) Pacífico, delegados departamentales y Gianni La Bella, representante de la Comunidad Sant’Egidio y enviado especial del Vaticano. El encuentro forma parte de un esfuerzo articulado para crear soluciones diferenciales frente al conflicto en zonas vulnerables como Jamundí.
Una apuesta por la inversión social y no por el cese al fuego
Durante la jornada, la gobernadora Dilian Francisca Toro fue enfática en señalar que las soluciones sostenibles a la violencia no pueden limitarse a acuerdos armados, sino que deben basarse en una transformación estructural de las condiciones sociales y económicas. “No podemos hablar de paz sin hablar de inversión en proyectos productivos, de transformar realidades donde hoy predomina la economía ilegal. La paz comienza cuando garantizamos derechos fundamentales como la educación, la seguridad y el trabajo digno”, puntualizó la mandataria.
Diálogo interterritorial con enfoque diferencial
El proceso, que inició en Nariño, busca ahora una integración más sólida con los departamentos del Cauca y el Valle, reconociendo que cada región enfrenta dinámicas propias del conflicto armado. El objetivo es consolidar una estrategia conjunta que permita generar confianza en las comunidades y fortalecer el rol institucional en los territorios más afectados. La presencia del enviado del Vaticano responde a la necesidad de acompañamiento internacional en estos escenarios complejos, brindando una visión ética y humana a la solución del conflicto.
Una visión internacional de la reconciliación
Gianni La Bella subrayó la importancia de abordar el conflicto no solo como un fenómeno armado, sino como una crisis social y moral que afecta el tejido de la nación. “Colombia no necesita más discursos fragmentados. La polarización es un virus que impide avanzar. Lo que se requiere es un compromiso colectivo que combine justicia social, educación y reconciliación”, indicó el delegado de la Comunidad Sant’Egidio, quien ha estado presente en diversos procesos de paz en el mundo.
La paz no puede ser retórica
Desde esta redacción, se valora la iniciativa del Gobierno del Valle al sumarse activamente a una construcción interdepartamental por la paz. Sin embargo, el éxito de este esfuerzo dependerá de la coherencia entre el discurso y la acción, del fortalecimiento de las capacidades institucionales en el territorio y de una verdadera voluntad política para invertir en los lugares históricamente olvidados. La paz no puede seguir siendo una promesa aplazada; debe traducirse en oportunidades reales, en confianza recuperada y en una vida digna para las comunidades. El Valle del Cauca, junto a sus aliados del Pacífico, tiene hoy la posibilidad de convertirse en un modelo regional de reconciliación y desarrollo sostenible.
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