Desde el 11 de agosto estará disponible gratuitamente una ruta abierta que visibiliza saberes, sabores y memorias de las comunidades afro en la capital del Valle
Santiago de Cali, 10 de agosto de 2025 – Cali lanza esta semana la primera Guía Afroturística de la ciudad, un proyecto inédito que reúne 53 experiencias culturales y 14 emprendimientos vinculados a la gastronomía, bebidas tradicionales, estética, danza, música y turismo comunitario del Pacífico colombiano. Disponible desde el 11 de agosto en formato digital y gratuito, la iniciativa busca abrir espacios para que locales y visitantes recorran el alma afro de la ciudad desde sus protagonistas.
Esta guía no sigue una ruta tradicional. No hay un mapa rígido ni un itinerario impuesto. Lo que se propone es una red viva de experiencias, construida por comunidades afrodescendientes que han resistido el olvido institucional a través de sus prácticas cotidianas, sus recetas, sus ritmos y su forma de habitar la ciudad. El documento estará alojado en el portal www.visitcali.travel, y su lanzamiento coincide con la antesala del Festival Petronio Álvarez, uno de los eventos más importantes del Pacífico colombiano.
Un recorrido que parte desde las raíces
A diferencia de otras guías turísticas convencionales, esta apuesta nace de un proceso colaborativo con sabedores ancestrales, cocineras tradicionales, músicos, parteras, peinadoras, guías comunitarios y líderes sociales. Entre mayo y julio de 2025 se realizaron ocho talleres de construcción participativa que dieron forma a este portafolio, pensado más como una herramienta cultural que como un producto turístico.
Cada experiencia incluida representa una historia. Desde la elaboración del viche artesanal hasta las caminatas en territorios afro de la ciudad, pasando por trenzados con significado ancestral y emprendimientos de moda con identidad política, la guía no embellece la cultura afro para venderla, sino que la presenta con dignidad, contexto y profundidad.
Cultura que se transforma en economía viva
La Ruta Afroturística también tiene un componente económico clave: el fortalecimiento de emprendimientos afro que, por años, han sostenido sus negocios sin visibilidad institucional. Iniciativas como Bebidas Típicas La Tere, liderada por Teresa Hurtado, y Moda Afrodigna, impulsada por la activista Consuelo Cruz Arboleda, demuestran que la tradición puede ser también una estrategia de sustento y autonomía.
Ambas mujeres coinciden en algo: la guía abre nuevas oportunidades para que el público entienda que el turismo no debe consumir la cultura, sino conectarse con ella desde el respeto y la reciprocidad. En tiempos donde se tiende a simplificar la identidad afro a lo folclórico, esta iniciativa ofrece una mirada compleja, situada y empoderada de lo que significa ser afro en una ciudad como Cali.
Una ciudad que se redescubre desde su herencia afro
Cali es la urbe con mayor población afrodescendiente urbana del país. No obstante, el reconocimiento de su historia afro ha sido desigual, y en muchos casos simbólico. Esta guía busca romper con ese patrón al proponer una narrativa diferente: la ciudad no se explica sin su raíz negra. La cultura afro no es un “plus”, es parte del cimiento.
Al no imponer rutas ni horarios, esta propuesta invita a explorar desde la experiencia individual, con tiempos propios, fuera de los moldes del turismo masivo. Es, en esencia, una invitación a caminar sin prisa por los caminos que otros ya han abierto a pulso, con memoria, con ritmo y con resistencia.
El turismo también puede ser una herramienta de reparación
Lo que propone la Ruta Afroturística de Cali va más allá del turismo: es un ejercicio de visibilidad, reconocimiento y dignificación. Y también es una pregunta abierta sobre cómo y para quién se construye ciudad. ¿Qué pasa cuando las comunidades afro no solo son parte del paisaje cultural, sino también del modelo económico? ¿Qué implica convertir la tradición en motor de desarrollo sin vaciarla de su sentido?
Desde este medio valoramos el esfuerzo colectivo detrás de esta guía, pero advertimos que su impacto dependerá del compromiso sostenido de todos los sectores: institucionales, privados y sociales. No basta con lanzar la ruta. Hay que recorrerla, sostenerla, promoverla y, sobre todo, respetarla.
Porque cuando una ciudad decide mirar de frente a sus raíces, el turismo deja de ser una industria extractiva para convertirse en un puente de memoria, dignidad y transformación.
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