Formado en Incolballet y perfeccionado en Londres, el coreógrafo y maestro caleño lidera un movimiento que busca proyectar a Cali como epicentro del baile escénico y de salón en Colombia.
Redacción de RMC Noticias
De las grandes tarimas del mundo al alma de Cali
Ancízar Velásquez no volvió a Cali por nostalgia, sino por compromiso. Después de forjarse como bailarín y coreógrafo en Incolballet—una de las escuelas de formación dancística más importantes de Colombia— y consolidar su técnica en academias especializadas del Reino Unido, este artista caleño decidió regresar a su ciudad con un propósito claro: poner el talento local en escena sin tener que salir del país para ser valorado. Su regreso no es anecdótico, es una apuesta consciente por demostrar que Cali no solo baila salsa, sino que puede convertirse en un referente nacional del baile escénico y de salón.
‘Evocación’: una obra para recordar de dónde venimos
Como parte de su visión artística, Ancízar presentará el próximo 4 de octubre en el Teatro Jorge Isaacs su más reciente obra: ‘Evocación’, un montaje de baile de salón donde confluyen géneros como el tango, el bolero, el vals, el pasodoble, el fox y la milonga. No se trata de una secuencia de pasos: es una obra narrativa que pone en movimiento la memoria, las emociones y los vínculos humanos que se tejen a través del cuerpo y la música. En un contexto donde la oferta cultural tiende a homogeneizarse, Velásquez reivindica el valor de la diversidad rítmica como expresión de riqueza social y patrimonial.
Salsa en Pista: competencia con identidad
Más allá de sus montajes escénicos, Velásquez también impulsa procesos de formación y visibilización a través del Concurso Nacional Salsa en Pista 2025, que tendrá lugar el 1.º de noviembre en el mismo teatro. Esta competencia no se enfoca en los estilos comerciales de salsa espectáculo, sino que destaca los ritmos tradicionales como la pachanga, la guaracha y el boogaloo, muchos de ellos desplazados por propuestas más visuales pero menos profundas en términos culturales. Aquí, la técnica se cruza con la raíz. Y eso, en palabras del propio Velásquez, “es lo que le da sentido a competir: no ganar medallas, sino defender una forma de bailar que nos representa como caleños”.
Docencia, arte y herencia viva
La labor de Ancízar no se limita a la escena: es también maestro y formador, convencido de que la técnica sin sensibilidad se desvanece, y que la identidad sin disciplina pierde fuerza. En su trabajo pedagógico insiste en la necesidad de profesionalizar la danza sin perder el vínculo emocional con el territorio. Su enfoque ha sido valorado por instituciones culturales del país que ven en él un modelo de artista integral: uno que produce, dirige, enseña y crea sin alejarse de su comunidad. Velásquez encarna una nueva generación de creadores que no buscan solo reconocimiento, sino impacto cultural duradero.
Foto: Total Medios
El arte como forma de volver y construir
Desde RMC Noticias, reconocemos en Ancízar Velásquez una figura que rompe con el relato del talento que debe irse para brillar. Su retorno a Cali no es un retroceso, es una decisión política y cultural. En una ciudad donde abundan los discursos sobre identidad, pero escasean los apoyos reales a los artistas, su trabajo nos invita a reflexionar sobre lo que significa crear desde lo local con visión global. Apoyar estas iniciativas no es un gesto simbólico, es defender el derecho a una cultura que no se exporta, sino que se vive, se enseña y se transforma desde adentro. La danza, como él la concibe, no es solo estética: es pertenencia, es historia, es camino.
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