Cali vibra con la salsa: 1.300 bailarines hacen historia en el Festival Mundial 2025

La edición número 20 del Festival Mundial de Salsa transforma a Cali en epicentro cultural, económico y social del continente

Cali vibra con la salsa: 1.300 bailarines hacen historia en el Festival Mundial 2025
     Foto: Comunicaiones Alcaldía de Cali 

Por: Paulina Arango M 

Un hito que trasciende el espectáculo


Cali no solo baila, Cali enseña, transforma y construye memoria. La edición número 20 del Festival Mundial de Salsa, que se celebra del 25 al 28 de septiembre de 2025 en el Coliseo El Pueblo, representa mucho más que una competencia de talento. Con la participación de 1.300 bailarines, 46 escuelas locales y delegaciones internacionales, la capital del Valle reafirma su lugar como epicentro de una cultura que no es simplemente musical: es identitaria, social y estratégica para el desarrollo urbano.

Un aniversario que marca un antes y un después

A diferencia de años anteriores, esta vigésima edición ha sido concebida como una declaración de principios: la salsa en Cali no es solo un bien cultural, sino una herramienta de transformación territorial. Así lo expresó Leydi Higidio, secretaria de Cultura Distrital, al señalar que este evento se inscribe dentro del Plan Especial de Salvaguardia, que busca proteger las manifestaciones vivas que hacen parte del ADN caleño. En esa lógica, el festival deja de ser un “show” para convertirse en una política cultural activa. No es coincidencia que se haya rendido homenaje póstumo a Wilson Manyoma, uno de los grandes íconos de la salsa caleña, como un gesto simbólico que entrelaza pasado, presente y futuro.

La profesionalización del arte como política de ciudad

La salsa, desde Cali, ha pasado de ser una expresión popular a una disciplina profesional. El festival es la culminación de un trabajo continuo en más de 100 escuelas, muchas de ellas en barrios donde el arte se ha convertido en alternativa frente a entornos complejos. Los bailarines que llegan a escena, seleccionados tras rigurosas competencias internas, no solo representan el talento local, sino una narrativa de superación social. Como afirmó la coreógrafa Xiomar Rivas, este evento permite que jóvenes talentos se integren a redes internacionales, compartan con otras culturas y proyecten sus carreras más allá del país. En efecto, la salsa se ha convertido en un idioma global con acento caleño.

Un ecosistema que impulsa economía creativa

Más allá de la danza, el Festival Mundial de Salsa es un motor de economía cultural. Alrededor del evento se ha consolidado un ecosistema robusto que incluye diseñadores de vestuario, fabricantes de calzado, técnicos de luces, sonidistas, DJs y hasta coleccionistas musicales. Según datos de la Alcaldía de Cali, este tipo de actividades culturales generan cerca del 3,2% del PIB local en el sector creativo. De esta forma, la salsa no solo mueve cuerpos; mueve economía, empleo y oportunidades. El modelo caleño empieza a ser observado como un caso de éxito de cómo la cultura puede dinamizar territorios.

Cali: centro de pensamiento salsero

Uno de los elementos más destacados de esta edición es su dimensión pedagógica y reflexiva. A través de conversatorios, talleres y encuentros de melómanos, el festival abre un espacio de conocimiento sobre el origen y evolución del llamado “movimiento salsero”. Como lo explicó Benhur Lozada, locutor e investigador del género, Cali es una de las ciudades con mayor producción editorial sobre salsa en el mundo. Aquí no solo se baila: se estudia, se debate, se documenta. Este enfoque convierte al festival en un centro de pensamiento salsero que preserva la memoria y fortalece la identidad de un movimiento que es mucho más que ritmo.

La mirada internacional: el mundo también baila con Cali

La internacionalización del festival no es un dato menor. Delegaciones de países como Panamá, México, Estados Unidos y Suiza participan activamente, y asistentes de diversas nacionalidades se acercan a Cali no solo para ver, sino para aprender. Historias como la de Treasa y Corinne —una irlandesa y una croata que decidieron volver a Cali tras haber estudiado salsa en 2023— confirman que este evento es también una plataforma de diplomacia cultural. Cali no exporta solo talento, sino una forma de ver y sentir la vida. Lo que se baila aquí se entiende en cualquier idioma.

Cali vibra con la salsa: 1.300 bailarines hacen historia en el Festival Mundial 2025
     Foto: Comunicaiones Alcaldía de Cali 

La salsa como política pública y espejo de ciudad

El Festival Mundial de Salsa no es solo un despliegue escénico; es una señal de que la cultura, cuando nace de lo profundo del territorio, puede sostener mucho más que el alma de una ciudad: puede sostener su futuro. En una época donde las ciudades compiten por atención, inversión y narrativa, Cali ha encontrado en su baile una forma de decir quién es, de dónde viene y hacia dónde quiere ir. Pero toda identidad requiere cuidado, y todo símbolo necesita sostén. Que la salsa no se vuelva costumbre ni postal; que siga siendo impulso, raíz y movimiento. Porque mientras otros planean desde el cemento, Cali también puede construir desde el ritmo. Y en esa coreografía entre lo que fuimos y lo que podemos ser, está quizás la clave de una ciudad que, bailando, también se reinventa.


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