El CNE dio personería jurídica al Pacto Histórico, pero excluyó a Colombia Humana, Progresistas y la Minga. La decisión legal tiene un trasfondo político profundo: ¿puede construirse unidad negando a las voces que la originaron?
Redacción de RMC Noticias
Una decisión que revela más de lo que oculta
Santiago de Cali, 18 de septiembre de 2025. La resolución del Consejo Nacional Electoral (CNE), fechada el 17 de septiembre de 2025, oficializó lo que parecía una conquista histórica para la izquierda colombiana: el Pacto Histórico fue reconocido como partido político con personería jurídica. Pero la letra pequeña reveló una grieta profunda. Tres fuerzas fundacionales —Colombia Humana, Progresistas y la Minga Indígena— quedaron por fuera del registro. La explicación técnica es clara; el mensaje político, mucho menos. La unidad de la izquierda, en pleno año preelectoral, se legaliza... pero no se materializa.
El argumento legal: ¿formalismo o exclusión?
El CNE, respaldado por la ponencia del magistrado Altus Baquero, argumentó que los movimientos excluidos no cumplieron requisitos formales: quórums insuficientes, personería jurídica no vigente o sanciones pendientes. Colombia Humana, por ejemplo, no logró reunir a los 76.000 afiliados requeridos para aprobar su ingreso. Progresistas quedó atado a las limitaciones legales del MAIS. La Minga, sin personería, fue directamente descartada. El marco normativo existe, sí. Pero es legítimo preguntarse si este se ha convertido en una trampa para quienes construyen desde los márgenes.
La consulta presidencial: ¿unidad en papel o fragmentación real?
A solo semanas de la consulta interna del Pacto, que se celebrará el 26 de octubre para elegir su candidato presidencial, la decisión del CNE ha encendido alarmas. Precandidatos como Gustavo Bolívar, María José Pizarro, Susana Muhamad y Gloria Flórez —todos cercanos a los movimientos excluidos— han calificado la exclusión como un “golpe duro”. La advertencia es clara: sin la inclusión de estas fuerzas, la consulta pierde representatividad y se convierte en un ejercicio de fragmentación, no de cohesión.
Un reconocimiento condicionado y con fecha de caducidad
A pesar de haber sido aprobado como partido, el nuevo Pacto Histórico nace con condiciones. Tiene hasta el 8 de noviembre para definir si los movimientos pendientes pueden adherirse sin sanciones o conflictos jurídicos. Este plazo, lejos de generar estabilidad, ha profundizado el clima de desconfianza interna. El reconocimiento otorgado es parcial, reversible y, en términos prácticos, más simbólico que operativo.
El trasfondo político: ¿quién define la izquierda?
Más allá de la resolución técnica, la pregunta de fondo es política: ¿quién decide qué voces pueden representar a la izquierda colombiana? La exclusión de Colombia Humana —movimiento fundado por el presidente Gustavo Petro— no es solo un fallo administrativo; es un reordenamiento del poder dentro del progresismo. Las decisiones del CNE no solo organizan legalmente a los partidos, también reconfiguran sus liderazgos, prioridades y márgenes de acción. Y lo hacen justo cuando el país comienza a definir el rumbo de su próxima contienda electoral.
Riesgos de desmovilización y rupturas estratégicas
El peligro más inmediato no es solo jurídico, sino político. Si los movimientos excluidos no logran adherirse a tiempo, podrían surgir candidaturas paralelas, deserciones o incluso impugnaciones legales. La experiencia latinoamericana demuestra que la izquierda solo gana cuando actúa unida. Y lo que hoy se presenta como un trámite, mañana puede convertirse en un búmeran electoral. El progresismo no está en riesgo por falta de legalidad, sino por exceso de fricciones internas y ausencia de mecanismos eficaces para tramitar las diferencias.
Estructura legal, justicia política
Desde esta redacción se sostiene que la institucionalidad electoral debe ser rigurosa, pero no puede servir como instrumento de exclusión política. La ley exige cumplimiento de estatutos, personería jurídica y quórum; esos requisitos son legítimos. Pero también lo es el derecho de los ciudadanos a participar con plenitud en los procesos democráticos, especialmente en movimientos que se reconocen como parte sustancial de la izquierda colombiana.
Se invita a Colombia Humana, Progresistas, la Minga y demás movimientos involucrados a resguardar transparencia, a cumplir los requisitos faltantes, pero también a no aceptar silencios ni maniobras que debiliten su voz. Y se llama al CNE a actuar con celeridad, imparcialidad y respeto al derecho a la participación política: de ello dependerá no solo la fortaleza del Pacto Histórico, sino la credibilidad del sistema electoral y de la democracia misma. ¿Qué tipo de democracia se construye si sus actores más visibles son impedidos de jugar bajo reglas que unos cumplen y otros parecen diseñadas para marginarlos?
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