Elecciones 2026 en Colombia: Julián López y Roy Barreras marcan el nuevo pulso político

Entre renovación partidista y llamados a la unidad nacional, las aspiraciones presidenciales comienzan a delinear el nuevo mapa electoral colombiano

Elecciones 2026 en Colombia: Julián López y Roy Barreras marcan el nuevo pulso político
         Foto: comunicaciones del Senador Julian López y  Ex embajador en el Reino Unido y Candidato a la presidencia Roy Barreras


Por: Paulina Arango M

Santiago de Cali, octubre 20 de 2025. Colombia se adentra en una etapa preelectoral marcada por movimientos estratégicos dentro de las colectividades tradicionales y la emergencia de figuras que buscan reconfigurar el escenario político de cara a las elecciones presidenciales de 2026. En este contexto, dos anuncios han captado la atención nacional: Julián López, representante a la Cámara, lanzó en Cali “La Nueva U”, una iniciativa que pretende redefinir el propósito del Partido de la U; y Roy Barreras, exsenador y exembajador, oficializó su candidatura presidencial con un llamado a la reconciliación y la unidad nacional. Ambos movimientos reflejan tensiones latentes y desafíos estructurales en el sistema político colombiano.

La Nueva U: más que un rebranding partidista

El lanzamiento de “La Nueva U” en Cali no es un simple ejercicio de mercadeo político. Julián López, actual representante a la Cámara por el Valle del Cauca, se ha propuesto revitalizar un partido que, desde sus orígenes ligados al uribismo, ha transitado por múltiples transformaciones ideológicas. Según López, esta iniciativa busca “recuperar la conexión con las bases sociales” y “redefinir el papel del partido en una Colombia que exige resultados y coherencia”. Lejos de limitarse a un cambio estético, “La Nueva U” se presenta como una plataforma de reconstrucción interna que aspira a renovar liderazgos y prácticas políticas. De acuerdo con datos de la Registraduría Nacional, el Partido de la U perdió más del 40% de su votación entre 2014 y 2022, lo que justifica este intento por replantear su identidad.

Roy Barreras y el discurso de la unidad nacional

Desde otro flanco del espectro político, Roy Barreras anunció oficialmente su aspiración presidencial. Con una trayectoria que ha abarcado varias orillas ideológicas —desde su paso por el Partido de la U hasta su cercanía con el actual gobierno de Gustavo Petro—, Barreras busca posicionarse como un articulador de consensos en un país profundamente polarizado. Su discurso gira en torno a la reconciliación nacional, la superación de las fracturas políticas y la necesidad de un proyecto colectivo. “Colombia necesita un presidente que una y no que divida”, declaró desde Bogotá, en un evento transmitido por redes sociales y seguido por miles de personas. Aunque su candidatura despierta recelos en sectores tanto de izquierda como de derecha, su experiencia política y diplomática lo convierten en un actor relevante en la contienda que se avecina.

El trasfondo estratégico de las nuevas narrativas políticas

Tanto López como Barreras coinciden en un punto: la necesidad de construir narrativas que trasciendan la mera confrontación ideológica. En un país donde la confianza en los partidos políticos apenas alcanza el 9% según la última encuesta de Latinobarómetro (2023), el lenguaje de la renovación, la escucha activa y la inclusión cobra fuerza como activo político. No obstante, la distancia entre discurso y práctica sigue siendo el gran reto. En ambos casos, las propuestas deben traducirse en estructuras sólidas, coherentes y, sobre todo, responsables ante el electorado.

¿Renovación real o cálculo electoral?

El escepticismo ciudadano es comprensible. La historia reciente del país ha estado marcada por iniciativas reformistas que, una vez en el poder, reproducen las prácticas clientelistas y personalistas que dicen combatir. La presentación de “La Nueva U” y la candidatura de Barreras se enfrentan a esta paradoja: movilizar esperanza sin caer en el oportunismo político. La pregunta es si estos movimientos representan una transformación genuina del sistema o si responden a estrategias temporales diseñadas para reposicionarse electoralmente ante un electorado cada vez más informado y exigente.

Un panorama político en reconfiguración constante

Lo que está en juego no es solo el nombre del próximo presidente, sino el rumbo institucional de Colombia. La creciente fragmentación partidista, la desconfianza hacia las élites tradicionales y el avance de discursos populistas obligan a los nuevos aspirantes a pensar más allá de las campañas. La construcción de gobernabilidad futura dependerá, en gran medida, de la capacidad para tejer alianzas programáticas, respetar las instituciones y ofrecer soluciones sostenibles en temas urgentes como la seguridad, el empleo y la equidad regional.

Entre el potencial de cambio y la necesidad de vigilancia cívica

Los recientes movimientos en el espectro político, que apuntan a renovar los partidos tradicionales y replantear su rol en la democracia, son señales positivas en un entorno que clama por transformación. No obstante, conviene recordar que la política no puede reducirse a estrategias de imagen ni a discursos sin contenido. La legitimidad se construye con hechos, no con slogans. Colombia atraviesa un momento en el que se requieren liderazgos auténticos, guiados por principios éticos, vocación de servicio y un compromiso real con el interés colectivo. En este contexto, la responsabilidad ciudadana es ineludible: observar, cuestionar y exigir coherencia a quienes aspiran a gobernar es una tarea esencial. Solo mediante esta vigilancia activa podrá restablecerse la confianza perdida entre quienes representan y quienes son representados.


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