FICCali 2025: el cine vuelve a unirnos en la ciudad que se reencuentra

Entre la ternura y la resistencia: Cali vive su gran fiesta del séptimo arte


FICCali 2025: el cine vuelve a unirnos en la ciudad que se reencuentra


Redacción RMC Noticias 

Santiago de Cali, 23 de octubre de 2025. Durante seis días, del 21 al 26 de octubre, Cali se transformó en una ciudad tomada por el cine. La décimo séptima edición del Festival Internacional de Cine de Cali (FICCali 2025) no solo encendió las pantallas, sino también el espíritu de reencuentro en una ciudad que, desde hace años, busca reconciliarse con su diversidad y su propio relato. Bajo el lema “Cine para encontrarnos”, la programación invitó a pensar el cine más allá del entretenimiento: como un espacio sensible, un territorio común desde el cual volver a mirar la realidad sin indiferencia.

Una programación que refleja la pluralidad del continente

Con 137 películas, 6 estrenos nacionales y 28 proyecciones descentralizadas del programa Cine Sin Límites, FICCali reafirmó su vocación de puente entre públicos, territorios y formas de ver el mundo. Invitados de Francia, México, Lesotho, Ecuador, Bolivia, Guadalupe y Chile compartieron con realizadores colombianos en una cartelera donde convivieron las narrativas afro, indígenas y urbanas con apuestas experimentales que amplían los lenguajes del cine latinoamericano.

El Salón de Productores y Proyectos Cinematográficos (SAPCINE) celebró su décimo aniversario, consolidándose como uno de los epicentros del desarrollo audiovisual en la región andina.

El cine como resistencia sensible

En un presente saturado de discursos y fragmentaciones, FICCali planteó la ternura como un acto político. El lema “Cine para encontrarnos” no se limitó a un eslogan: propuso un gesto de resistencia desde la sensibilidad. Frente al ruido social y la prisa, la pantalla se convirtió en un espacio donde el afecto y la reflexión todavía pueden convivir.

Cada función fue un recordatorio de que mirar cine juntos es una forma de cuidado colectivo, una experiencia que humaniza y reconstruye la idea de comunidad.

Cine expandido: romper la frontera entre imagen y experiencia

Uno de los ejes más innovadores fue la sección Cine Expandido, que mezcló sonido, instalación, luz y performance para replantear la relación entre obra y espectador. Este año, el Centro YAWA se sumó como un laboratorio de creación digital donde arte, tecnología e innovación dialogaron sin jerarquías.

Además, el equilibrio de género en la programación —70 películas dirigidas por mujeres y 67 por hombres— marcó un precedente en la historia del festival, abriendo conversaciones urgentes sobre representación, mirada y poder en la industria cinematográfica.

Películas imperdibles de FICCali 2025: una travesía entre memoria, deseo y resistencia

Entre las proyecciones más recomendadas de esta edición destacan títulos que expanden los límites del cine y de la sensibilidad contemporánea. “Llueve sobre Babel”, de Gala del Sol (Colombia), abre el festival con un retrato caleidoscópico de la noche urbana, donde la diversidad y el deseo se convierten en formas de supervivencia poética. Desde Guadalupe, “Zion” de Nelson Foix aporta una mirada urgente sobre juventud, libertad y lucha afrodiaspórica, mientras que “KMKZ: Salvaje, libre y valiente”, de Andrés Hernández, captura el pulso frenético de una Bogotá filmada desde la bicicleta y la rebeldía cotidiana.

En clave más íntima, “Forenses”, de Federico Atehortúa Arteaga, vuelve sobre las heridas abiertas de la desaparición forzada en Colombia, entretejiendo memoria personal y duelo colectivo. “Soñé su nombre”, de Ángela Carabalí, se adentra en los territorios del Cauca para reconstruir, desde la espiritualidad afro e indígena, un mapa de identidad y resistencia. Desde Lesotho, “Visiones ancestrales del futuro”de Lemohang Mosese propone una experiencia sensorial sobre el desarraigo y la fe, y **“Una sombra oscilante”, de Celeste Rojas Mugica (Chile), cierra el círculo al explorar cómo la memoria política persiste en los archivos familiares. Estas películas resumen la diversidad emocional y estética de un festival que no solo proyecta historias, sino que invita a mirar el presente desde la ternura, la memoria y la transformación.

Una fiesta de la memoria audiovisual

Esta edición también rinde homenaje a tres pilares de la cultura audiovisual vallecaucana: los 50 años de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle, los 50 años de la Cinemateca La Tertulia y la trayectoria de Telepacífico, canal que ha sido un aliado fundamental para las producciones regionales.

Con 101 alianzas, más de 40 profesionales en su equipo y tres eventos asociados, FICCali confirmó que la gestión cultural, cuando se hace en red, logra sostener algo más que un festival: sostiene una manera de mirar y narrar el mundo.

Mirar juntos, pensar juntos

FICCali 2025 deja una lección que va más allá de la pantalla: el cine sigue siendo un lenguaje de encuentro, una forma de resistencia ante la desconexión emocional que marca nuestro tiempo. En una ciudad que se reconstruye desde sus diferencias, mirar cine juntos es también un acto de reconciliación.

El desafío, quizás, no sea solo producir más películas, sino volver a creer en el poder del cine para unir miradas y reconstruir lo común.

Porque mientras existan historias que convoquen a vernos, Cali seguirá siendo una ciudad de pantallas encendidas y corazones atentos.







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