Un país se lee mejor cuando se escribe con dignidad: Colombia, país homenajeado en la FIL Cali
Redacción RMC Noticias
Santiago de Cali, octubre 19 de 2025. Cali se prepara para recibir una nueva edición de su Feria Internacional del Libro, FIL Cali 2025, que este año cumple una década de realización y tiene como protagonista a Colombia como País Homenajeado. Más de 839 eventos, 1.200 invitados y 15 franjas temáticas convertirán el Bulevar del Río y el Paseo Bolívar en escenarios de diálogo, memoria y cultura del 24 de octubre al 3 de noviembre. La entrada es libre, pero la experiencia promete ser invaluable.
Una feria que trasciende los libros: más allá del acto de leer
La FIL Cali no es solo una vitrina editorial. Es un territorio simbólico donde las ideas, la historia y las identidades de Colombia se entretejen con una mirada crítica. Este año, la programación abraza temas que atraviesan generaciones: desde la conmemoración de los 40 años de Armero y la Toma del Palacio de Justicia, hasta los 100 años del natalicio de Guillermo Cano. No se trata de recordar por recordar, sino de resignificar lo vivido a través de la palabra.
Colombia como homenaje: leer el país desde sus raíces
Nombrar a Colombia como País Homenajeado no es un gesto simbólico menor. Implica hacer una pausa para mirarse al espejo: un país que ha sido narrado desde sus tragedias, pero también desde su asombrosa diversidad biológica y cultural. Títulos como Frutas asombrosas, Las aves más hermosas de Colombia y Guía de campo de mamíferos dialogan con obras como El bandolerismo en Colombia o Mi cocina sabe a Colombia, mostrando la pluralidad de relatos que construyen una identidad nacional más compleja y completa.
Imagen pantallazo portal feria del libroInvitados que escriben con memoria, y piensan con país
Autores de trayectoria como Mario Mendoza, Ángela Becerra, Humberto de la Calle, y pensadores contemporáneos como Alejandro Gaviria, Ariel Ávila y Carolina Sanín, componen una parrilla diversa que apuesta por el pensamiento crítico. No es casual: FIL Cali 2025 reúne voces que han hecho del lenguaje una herramienta de resistencia, reconstrucción y reflexión colectiva. En un país donde escribir ha sido un acto de valor, estos nombres no son decorativos: son necesarios.
Temas que no se esquivan: la cultura como ejercicio de memoria
La programación pone el acento en los temas que definen el pulso emocional y social de Colombia: desde las víctimas del conflicto armado hasta la riqueza cultural de los pueblos originarios. Espacios como el conversatorio sobre Bojayá, a cargo del padre Antún Ramos, o las charlas sobre arte rupestre y cultura ancestral, abren caminos para leer el país más allá de los libros: leerlo desde sus cicatrices, pero también desde sus resistencias.
Cultura viva bajo carpas: democratización del acceso al conocimiento
Con más de 5.300 m² dedicados a la lectura, la Feria busca llevar la literatura al corazón de la ciudad. No hay filtros elitistas ni códigos de acceso: la cultura se abre como un bien común. El impacto se extiende más allá de Cali, con actividades en municipios del Valle del Cauca, ampliando el alcance y reforzando el compromiso con la descentralización del conocimiento. La feria no solo llega a más gente: llega mejor.
Una feria para escribir el país que queremos leer
FIL Cali 2025 no es solo un evento cultural: es una plataforma editorial de país. La apuesta por temas sensibles, invitados diversos y un enfoque integrador es un acto político en sí mismo. Desde esta redacción, reconocemos el valor de una feria que no busca entretener sino interpelar; que no busca adornar, sino transformar. En un país donde la palabra ha sido censurada, manipulada o silenciada, leer sigue siendo un acto de libertad. La invitación es clara: asistir no es solo participar, es tomar postura.
Leer a Colombia para no repetirla
Colombia no necesita más celebraciones vacías ni homenajes simbólicos que no transformen. Lo que se espera de un evento como FIL Cali es lo que este año se está logrando: una lectura crítica del país a través de sus escritores, investigadores y lectores. En momentos donde la polarización busca simplificar lo complejo, este tipo de encuentros sostienen el tejido social y ofrecen un espacio para el pensamiento. Que sea la palabra —y no la indiferencia— la que escriba el futuro de Colombia.
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