Cuatro mil emprendedores de 26 municipios se preparan para fortalecer sus sueños con apoyo técnico, formación empresarial y capital productivo.
Redacción RMC Noticias
Una convocatoria que despierta esperanza
Santiago de Cali 6, noviembre de 2025. La nueva convocatoria del Fondo ValleINN+ ha generado una ola de expectativa entre emprendedores de todo el departamento. Desde Buenaventura hasta Sevilla, pasando por municipios como Dagua, Ginebra y Trujillo, más de cuatro mil personas alistan sus proyectos para participar en este programa que combina asistencia técnica, entrega de activos productivos y formación empresarial. El anuncio de apertura de inscripciones el próximo 12 de noviembre marca un nuevo capítulo en la política de impulso al emprendimiento regional, liderada por la Gobernación del Valle del Cauca.
Historias que representan el espíritu emprendedor vallecaucano
Cada municipio tiene su propia historia y sus protagonistas. En Cali, María Alejandra López, confeccionista de trajes de baño, ve en ValleINN+ la oportunidad de escalar su negocio artesanal a una microempresa con proyección comercial. “Necesito máquinas y herramientas que permitan ampliar mi producción”, afirma con convicción.
A su vez, Isis Rentería, creadora de Pavelandia, un emprendimiento de postres caseros junto a su madre, resume la esencia del programa: “Queremos crecer, llegar a más ciudades y demostrar que el emprendimiento también es una forma de resistir y soñar”.
El impacto social y territorial del Fondo ValleINN+
El programa, que en esta edición llegará a 26 municipios del Valle, no se limita a entregar recursos. Su enfoque está en fortalecer capacidades locales, acompañar los procesos y garantizar sostenibilidad. Los beneficiarios reciben capacitaciones en finanzas, mercadeo, innovación y gestión empresarial, una apuesta que busca transformar unidades productivas en proyectos autosuficientes.
De acuerdo con cifras oficiales, en ediciones anteriores más del 70 % de los beneficiarios logró aumentar sus ingresos y mantener su negocio activo más de un año después del acompañamiento inicial.
Una política pública con enfoque de equidad
El Fondo ValleINN+ representa una estrategia de desarrollo económico inclusivo. No distingue entre zonas rurales o urbanas: impulsa desde pequeñas panaderías y talleres textiles hasta emprendimientos agroecológicos y tecnológicos. Esta visión integral responde al objetivo de democratizar las oportunidades y llevar el apoyo estatal a territorios históricamente rezagados en inversión productiva.
En palabras de la gobernadora Dilian Francisca Toro, el propósito no es solo financiar ideas, sino “acompañar a quienes emprenden para que no desistan”, reconociendo que el emprendimiento requiere tanto capital como acompañamiento constante.
Los desafíos detrás del optimismo
Aunque la expectativa es alta, los retos son significativos. Muchos emprendedores del Valle del Cauca enfrentan limitaciones en conectividad, acceso a insumos y formalización, factores que pueden frenar el crecimiento de sus negocios. Especialistas en desarrollo regional señalan que la verdadera sostenibilidad de estos programas depende de la continuidad del acompañamiento y la articulación con el sector privado.
El Fondo ValleINN+ se enfrenta así al desafío de trascender la coyuntura electoral y consolidarse como una política de Estado que garantice continuidad y confianza en el territorio.
Más que capital, una red de oportunidades
El valor de ValleINN+ no solo radica en los recursos que otorga, sino en la creación de redes de aprendizaje y colaboración entre emprendedores. La experiencia ha demostrado que cuando los beneficiarios se conectan, comparten conocimientos y generan alianzas, los resultados se multiplican.
En tiempos de incertidumbre económica, esta red se convierte en una plataforma de resiliencia social, donde la economía popular se transforma en motor de progreso regional.
Emprender también es construir país
El Fondo ValleINN+ simboliza la capacidad del Valle del Cauca de apostarle al talento local como fuerza de desarrollo. En una región que ha enfrentado crisis económicas y desigualdades históricas, iniciativas como esta son más que un programa: son un recordatorio de que el emprendimiento puede ser una forma de justicia social y de reconstrucción del tejido comunitario.
Sin embargo, la sostenibilidad del cambio no se alcanzará solo con entusiasmo o subsidios, sino con una política pública constante, medible y participativa.
El desafío de fondo es lograr que cada historia —como la de María Alejandra, Isis o Benedicto— deje de ser una excepción y se convierta en parte de una cultura económica que crea, resiste y transforma. Emprender, en este contexto, es también una forma de hacer país desde el territorio.
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