La 68 Feria de Cali: cuando la fiesta también mueve la economía

Turismo, empleo y cultura popular se articulan en una celebración que trasciende el espectáculo

La 68 Feria de Cali: cuando la fiesta también mueve la economía
    
Foto: Prensa Gobenarción del Valle del Cauca



Redacción RMC | Cali, Valle del Cauca, diciembre 29. 

Más que tradición, un motor económico en marcha
La 68 Feria de Cali avanza con un balance que confirma su peso más allá de lo simbólico: la fiesta más representativa de la capital vallecaucana se consolida como un impulsor real de la economía urbana y popular, con impacto directo en el turismo, el empleo y los ingresos locales. Al cuarto día de programación, las cifras muestran una ciudad activa, con alta afluencia de visitantes y una ocupación hotelera que alcanza niveles históricos, evidenciando que la cultura, bien gestionada, también es desarrollo.

Cifras que explican el dinamismo
De acuerdo con el Sistema de Información Turística del Valle (SITUR Valle), entre el 25 y el 28 de diciembre se registraron 72.420 visitantes, de los cuales más de 7.600 fueron internacionales, mientras que el turismo nacional y regional completó el flujo. Este movimiento generó ingresos turísticos estimados en 8,2 millones de dólares y una ocupación hotelera del 88%, una de las más altas de la última década. La proyección de cierre supera los 105.000 visitantes y los 12 millones de dólares, confirmando el papel estratégico de la Feria en la economía caleña.
La 68 Feria de Cali: cuando la fiesta también mueve la economía
    Foto: Prensa Gobenarción del Valle del Cauca 

Cuando la celebración llega a donde antes no llegaba
Uno de los rasgos distintivos de esta edición ha sido su programación descentralizada, que llevó eventos y oportunidades económicas al barrio Obrero, el Distrito de Aguablanca, el Parque de la Caña y los corregimientos. Espacios como Agua’e lulo, la Caseta del Bulevar del Oriente y la Feria Rural activaron el comercio barrial y permitieron que emprendedores, artistas y pequeños comerciantes participaran de una cadena económica que históricamente les fue esquiva. La Feria dejó de concentrarse en pocos escenarios y empezó a redistribuir su impacto.

Verdadero pulso de la fiesta
Gastronomía tradicional, artesanías, moda, servicios culturales y entretenimiento familiar han tenido en la Feria una vitrina de alto impacto. Testimonios de emprendedores del barrio Obrero y del Parque de la Caña coinciden en un punto: las ventas aumentaron y la visibilidad fue clave, incluso ante visitantes extranjeros. A esto se suma la ruta económica de la salsa, que beneficia a bailarines, músicos, vestuaristas, técnicos y transportadores, para quienes estos días representan uno de los picos de demanda más importantes del año.

Lo que también desfiló
El Salsódromo no solo mostró baile y tradición. También fue escenario para visibilizar inversiones en infraestructura, como la nueva maquinaria vial adquirida con recursos del proyecto Invertir para Crecer, y la Cuadrilla Vial Rosa, integrada exclusivamente por mujeres, como símbolo de inclusión laboral. Así, la Feria proyecta un mensaje claro: la alegría no está desconectada de la gestión pública ni del desarrollo urbano. En 2025, Cali celebra, sí, pero también produce, incluye y se piensa a futuro.

0 Comentarios

cajon

RMC: Información, análisis, y veracidad en las noticias

Invitamos a todos aquellos interesados en promover la cultura, la creatividad y la sostenibilidad a ser parte de este movimiento. Juntos, podemos construir un futuro más equitativo, donde las voces de todas las comunidades sean una pieza clave en el relato del país.